Capítulo 2:"Almost Is Never Enough"

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Dando un paso en falso tropecé, Natsu deja que caiga, quedando como una imbécil en medio de la calle.
-gracias Natsu me alegro que no me hayas ayudado- comenté de forma sarcástica y enojada.
-lo siento no ponía atención- dijo tratando de no reírse.
-cada palabra que dices te condena más- contesté molesta, no me pone atención ya que se queda mirando abajo de mi falda.
-¡hey!- me dijo acercándose y toco mi rodilla que hizo sentir el ardor, que día el que comencé con una rodilla raspada.-tranquila creo que tengo una curita- terminó por decir mientras buscaba en su mochila con una expresión seria.
-si hubieras evitado mi caída no tendría mi rodilla raspada ¡idiota!- le conteste molesta
-no pensé que tu estupidez te llevará a tanto- contestó mientras apretaba justo en la herida.
-¿no puedes ser un poco más delicado?- le cuestioné, ya para este punto mi rodilla se encontraba en las peores manos.
-si te callas y te quedas quieta no te haré daño- me decía buscando en su mochila.
-jaja sonaste como un secuestrador- dije burlandome de su respuesta.
-por estos comentarios no tienes novio Luce- me respondió concentrado en retirar el papel adhesivo de la curita como si fuera un doctor en una delicada operación, para luego colocarla delicadamente en mi rodilla raspada.-mucho mejor tonta- terminó por decir realizado.
-¿podemos seguir nuestro camino?- pregunté molesta, él me observa un rato y se levanta para luego tenderme una mano y yo pueda levantarme también.
-no se que le ves de interesante a las clases de física pero vamos- respondió aburrido.
-gracias a esas clases tengo un cupo en la mejor universidad del país- comenté realizada, lejos era de las mejores noticias que he tenido, mi lucha de este año es estudiar astronomía pero tenía que rendir una difícil prueba de admisión que solo unos cuantos tenían la suerte de realizar y solo unos masoquistas podían terminar.
-¿estas consciente de que te irás lejos de casa para estar ahí?- preguntó Natsu serio, que ahora se había detenido para escuchar mi respuesta.
-estoy consciente...- solté al aire, Natsu solo me mira fijamente, lo conozco esperaba que le dijera algo diferente, no pareciera que le gustará la respuesta, nos quedamos en silencio cada segundo mirándonos parecieron años, unos incómodos años.
-si eso te hace feliz te apoyaré Luigi- dijo finalmente y siguió caminando, observó como se aleja, se que no le gustó mi respuesta, lo sé.
-oye podemos ir a ver una película después de clases- solté para cambiar el sombrío ambiente que se estaba formando, pero me ignora y sigue caminando.
-Luce, ¿se te olvido?- se gira para observarme.-tonta- terminó por decir, ya estábamos en el pasillo, entró en su salón dejándome sola.
-se te olvido, ¿verdad?.- esa voz era Levi.
-¡¿Por qué también me dices lo mismo que él!?- solté molesta.
-si, se te olvido ppr completo- confirmó por si sola, me toma del brazo guiandome hacia nuestro salón.
-entiendo que hayas estado ocupada con todo esto- dijo.-pero esto es importante para Natsu- terminó por decir Levy, me observa un poco decepcionada, ahora se que cometí un gran error. Me sigue observando tal vez esperaba que recordará aquello que olvide, suelta un suspiro y comienza a ordenar sus cosas en su puesto.
-las nacionales son hoy- soltó cansada.-Lucy, las nacionales de karate son hoy en la tarde- finalizó, la observó asustada, aquello por lo cual Natsu se había esforzado tanto se culminaba hoy.
-no puede ser...- estaba segura que las nacionales eran la próxima semana, ¿Cómo es posible que se me haya olvidado?.
-¿Cómo se te olvido algo tan importante? -preguntó Levy asombrada, como un robot me siento en mi puesto para luego girarme y ver asustada a mi amiga.
-¿Cómo me salvo de esta?-pregunté aterrada.
-disculpate y ve a verlo en las nacionales- contestó.- Natsu no es rencoroso- opinó Levy, aunque eso ya lo sabía, cuando se trataba de mi Natsu siempre se mostraba molesto por unos días siempre cuando cometía un error de estos.
-lo haré no te preocupes- contesté cansada, seria una larga semana con mi mejor amigo molesto por mi culpa.

Cuando el timbre dio aviso para el recreo me fui corriendo al salón de Natsu pero para mi desgracia el se había ido entrenar al gimnasio estatal que está en nuestra ciudad, lo podría ver allí.
Las horas se hicieron lentas, demasiado lentas, podía sentir como su enojo de ese imbecil aumentaba cada minuto que pasaba, ya para cuando por fin nos podíamos ir me fui corriendo a mi casa a cambiarme y le pedí mi padre que me llevará, gracias a los cielos llegué a tiempo.
-es raro que llegues a tiempo- esa voz era Zeref, el hermano mayor de Natsu, como el señor Igneel no podía estar,  Zeref siempre estaba para las competencias de Natsu, así que éramos bastante cercanos.
-mi padre estaba en casa así que él fue la causa por la cual llegué a tiempo- dije observándolo, Zeref no era muy alto pero siempre llamaba la atención entre las chicas, aún recuerdo cuando tenía doce años y me gustaba, Natsu se molestó demasiado esa vez, aún me pregunto porque se enojo en esa ocasión.
-al parecer ya va comenzar- comentó mirando hacia la galería.-será mejor buscar unos buenos lugares para obsevar a mi hermano- sugirió tranquilo,  asentí en modo de respuesta y lo seguí, nos sentamos en un lugar donde podíamos observar todo sin mayor dificultad, a medida que pasaban los minutos el gimnasio se iba llenando rápidamente.
-si que hay participantes este año- comenté sorprendida.
-será un buen año para despedirse de la secundaria-
Pasaron tres secciones antes de que le tocará a Natsu participar, y yo ya me estaba poniendo nerviosa, a pesar de que lo vi en la mañana, sabía que él estaba enojado conmigo.
-¡¡ánimo Natsu!!-gritó con emoción Zeref cuando lo presentaron. Nos quedamos en silencio, vi como estaba concentrado, sonó el silbato y comenzó, no soy buena relatando ya que no conozco este deporte, pero sabía como terminaba siempre: Natsu salía victorioso, y esta vez no fue la excepción.
-¡SOY EL MEJOR!- grito emocionado, se veía cansado, como no estarlo, este encuentro le había costado un poco más de lo usual, con Zeref nos abrazamos felices, con esto Natsu se quedaba como el mejor del país, maldición ahora me siento culpable por haberme olvidado de lo que ocurría hoy, realmente me comporté de forma egoísta.
Me acerqué a él cuando por fin lo dejaron libre, aún estaba con su medalla alrededor de su cuello.
-Natsu...-mi voz sonaba a disculpa.
-Luce no te preocupes, estabas ocupada con el tema de la universidad y esas cosas- me tranquilizo que estaba con una gran sonrisa en su rostro.-no te culpo por eso- terminó por decir, suspiro aliviada y le sonrió agradeciendo que no se haya enojado como esperaba.
-¿Aún te sigue gustando Zeref?- me preguntó.
-¿¡Eh!? No, ¿Por qué? - pregunté extrañada, lo observó no logro adivinar que pasa por su mente.
-los vi abrazandose- contestó mirándome fijamente.
-estas loco- tomo su medalla para verla mejor, podía verla perfectamente, has hecho bien tonto, siento un peso en mi cabeza era Natsu.
-me siento cansado- bostezo, podía sentir su aliento cálido cerca de mi cara.
-vamos a casa- dije.- tu papá y mis padres nos están esperando para celebrar- terminé por decir, nos quedamos así por un rato que era cómodo.
-¿Quién nos va a llevar genio?- preguntó.
-¡Yo lo haré! ❤ - esa voz era Zeref, que nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja, aquel momento que estábamos compartiendo de hizo incómodo.
-pues vámonos- contestó Natsu malhumorado.

(...)

Ese día cambió varias cosas, Natsu comenzó actuar raro conmigo y yo también...

¡A La Mierda Me Voy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora