CAPÍTULO UNO

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Capítulo 1

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Capítulo 1

¿Quién es más cruel?


El comienzo está en el día menos esperado al que daría todo un cambio. Como es obvio un barco pirata hizo su aparición a lo lejos una embarcación de más de 100 hombres para 64 sirenas. Se anuncia un gran festín, el barco llamado blanca nombre que se puede ver al costado con la parte de delantera una sirena. Las velas de color blanco con una rosa roja dibujada en el centro.

Mientras se acercaban a la isla, los piratas hacían un gran escándalo como si festejaran haber llegado, ¿O es que acaso había algo más ahí? Y nadie se dio cuenta, ¿O estaban tan desesperadas por encajar sus garras? Que nada salió fuera de su supuesta normalidad. El juego del rival más fuerte lleno el escenario y los dos estaban listos para comenzar la contienda.

Anny se encuentra en la costa a unos metros del barco, la próxima rival de la sirena mayor. Su canto atrajo al capitán, tan pronto como se vieron sonrieron. Nado y cantó llevándolo a la cascada su lugar favorito. Donde se sentó en la roca grande que parece un asiento que está en el centro mientras él pasaba entre los árboles hasta encontrarla.

El pirata es alto de piel blanca, rara por cierto, ya que en su mayoría está quemada por el sol. Pupila color miel con una extensa cabellera negra y suelta, un sombrero negro con una marca de una rosa color amarillo en la parte izquierda, pantalón negro y una camisa blanca. Su complexión es ancha y está gordo, es el doble de su tamaño, pero para una sirena no presenta ser algún problema, comida es comida. Se acercó a la roca sin importarle el agua fría, mojándose el pantalón hasta arriba de las rodillas y se sentó junto a ella, esto le molesto un poco, el olor a sudor inundo sus fosas nasales al igual que a él, el olor a pescado.

Ella se pasó solo los minutos observándolo no es como las demás sirenas trayéndole cosas para retenerlo, ella no lo necesita. El atardecer llegará en unos minutos. Anny tiene la vista frente mirando el sol perderse dándose cuenta como poco a poco el paisaje cambia, se está preparando para que sus garras comiencen a salir. Hay un mal presentimiento, un escalofrío lo anuncia.

—Debe de ser horrible eso de ser Sirena —dice con pesar.

Su comentario atrajo la atención de Anny. No suelen hablar, ya que se supone que están en un trance por su belleza o algo así. Él movió su cabeza de un lado a otro negando como si la estuviera regañando, pero cuando enfoco de nuevo su mirada en ella siguió hablando, su desconcierto se convirtió en temor, pero no permitiría que se diera cuenta.

—Debe ser más difícil pagar por atención, apuesto a que te rechazan por más dinero que ofrezcas —se burla

Él no se inmuta por su comentario, extiende una sonrisa socarrona.

—Su vacío no es llenado. Ni con su belleza. Ni su canto, ni por la cantidad de piratas que maten —soltó una carcajada divertida, como si hubiera declarado el mejor chiste

Anny lo mira furiosa ya está ansiosa esperando que el atardecer comience para demostrarle como llenaba el vacío, el silencio es tenso y los dos se miran esperando quien da el primer golpe. Él volvió hablar.

—¡Estoy casi sordo y tu belleza no es para tanto! —grito al sacar su espada, —Eres tan patética, —Anny se movió rápido, sin embargo, el logro encajar la espada la parte baja de la espalda.

Anny no pasaba del asombro, su piel ardía es consciente de eso no obstante no podía dejar de pensar en ¿Sordo?, ¿Qué su belleza no era para tanto?. Nunca le había sucedido algo como esto y por instinto sabía que debía irse lo más rápido, pero el logro afianzar su agarre tomándola por el cabello.

—¿Sabes cuánto pagan por cada una de las partes de una sirena?, ¡Muchas monedas de oro!, —soltó una carcajada por primera vez mirándola como si fuera lo más hermoso que vio y eso la hizo temblar —No necesito pagar. Porque una de ustedes llena mi cama cada noche, escuchar sus implorós de piedad es lo más regocijante que he escuchado —dice de una manera burlona

Anny por primera vez se sentía débil e impotente y asqueada con la mirada que le estaba dando, intento volver a moverse, sin embargo, su cuerpo se encuentra entumecido. La llevo jalando de su cabello hasta la costa donde esperaban más piratas, su herida no paraba de arder veneno de la flor violeta está claro que una bruja los ayuda. Las risas triunfadoras se escuchan desde donde vienen.

Busco por todos lados con la mirada quien pudiera ayudarla. Están escondidas. ¿Qué paso con la transformación?, el atardecer estaba tardando en llegar o es que esto estaba pasando demasiado rápido. Por donde la paso arrastrando contempló muerta una de ellas. Soltó un grito de terror al observarla. ¿Cómo era posible? La habían exhibido de tal forma que se sentía asqueada, todas sus entrañas estaban fuera y lo peor no era la única en su camino. Hoy ellas eran la presa y sabía lo que se sentía estar del otro lado.

—¡Suéltame! —grito tratando de zafarse armándose de valor, prefería morir que pasar por eso

Más gritos se escuchaban o eran solo los suyos. La volvió a jalar del cabello hasta que ella quedó altura de su cara. Su aliento era asqueroso aunque el alcohol predominaba.

— ¡Oblígame! —Grito con burla en la cara de Anny expulsando su mal aliento —Recuerda esto hasta tu último aliento. Soy el Capitán Macro quien ha domado a las sirenas, lástima que tuvieras que conocerme de este modo —Anny le escupió en la cara aun sintiéndose valiente. Solo tenía que provocarlo lo suficiente y quizá la mataría —No eres la primera valiente que la maten —se burla limpiando su cara con la mano libre

Sin darle tiempo a contestar la metió dentro de un cubo de cristal con la mitad de agua. Miro a su alrededor dándose cuenta de que varias ya están en los cubos y que el suyo estaba siendo sostenido por dos piratas, que la miraban de forma lasciva, dirigiéndose al barco. Te maldigo bruja juro asesinarte.

Una idea se me ocurrió cantar era una opción tal vez sería su salvación, una vez arriba del barco daría comienzo a su tortura. Aunque su voz sonaba triste y melancólica logro que los piratas comenzaran a pelear entre ellos, así las sirenas comenzaron a escapar.

El tiempo terminó para ellos, el atardecer llego y con ello la transformación. Los piratas que la sostenían la dejaron caer lo que ocasiono que el cristal se rompiera, Anny solo recibió algunos rasguños mientras todos trataban de huir de su final.

Nunca, pero Nunca dudes que puedes encontrarte a alguien más cruel, los piratas siempre han sido la presa, sin embargo, hoy demostraron que podían ser el cazador.




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El Despertar De La SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora