CAPÍTULO TRES

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Capítulo 3¿Quién busca a quien?

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Capítulo 3
¿Quién busca a quien?

Pasar de ser un don nadie a ser un elegido hay una brecha enorme, que me hace tambalear quizá lo que debieron decir fue sigue esa línea invisible que ven mis ojos así yo poder decir, ah claro el salto al precipicio que hay frente. Buscar a alguien o algo de lo que no tengo la más mínima idea es algo estúpido, aunque tengo una idea de ello. Si contamos que yo llegue a él de forma inesperada, de saberlo habría corrido lo más lejos posible después de ayudarle. El siguiente en la línea debería ser mucho más fácil, bufó exasperado. Si sabe lo que le espera no lo será
Observó a Getvy ir de un lado a otro sin detenerse, ella quizá sepa más de esto que yo, pero no lo suficiente,  ya que está desesperada. 
—Déjame procesar si entendí, soy elegido, sin embargo, no como el elegido original —vuelvo a preguntar haciendo que su molestia aumente 
—Eres la princesa destinada a ser salvada a quien buscamos es a tu salvador —declara mordaz, el indignado debería ser yo, sin embargo, parece que les importa lo que esta mierda hace al mar que mis malditos sentimientos 
¿Y si yo no la quiero encontrar?, ¿Qué pasara cuando lo haga? Tendrá que cumplir una línea trazada donde no tiene escapatoria, ya que nos obligaran a cumplir. Salgo de ahí cuando me mira pareciendo leer mis pensamientos.
—Es necesario —dice como si fuera de vida o muerte y quizá lo sea, sin embargo, la de ella 
Inhalo dándole una mirada.
—Espero que ella siga donde esta —suelto de la misma forma que ella —No estoy dispuesto a verla morir como lo hizo tu madre lo hizo con tu padre —ella parece pensarlo mientras hace una mueca
—Es diferente —la miró sin poder creerlo, ¿Diferente?, Es ¿en serio?
Tienen razón, es diferente, no implica a su familia, no se sentirá culpable cuando caiga. Parece darse cuenta de sus palabras, sin embargo, antes de que diga alguna estupidez más hablo yo.
—Cierto es diferente —suelto con una risa amarga —Puedo observar morir a mi hijo y a ella mientras cae en una guerra —hago una pausa sintiendo el nudo en mi garganta. Esto no es fácil para mí y quiero que lo entienda por qué ella solo piensa en el fin —Que a ella le tocara pelear sola, porque todos ya están muy cansados y con miedo —suelto de manera mordaz
—Lo siento —murmura 
—No lo haces, eres igual que todas las brujas, de tu especie la razón por la que todos seguían a tu madre es porque ella no era una maldita —dejo caer, eso quizá le carcoma en la conciencia 
Han pasado días desde nuestra discusión y para ser sincero prefiero la tranquilidad que me ofrece el mar. Sé que meterme en problemas es algo normal si lo contemplas desde mi perspectiva cualquier excusa es buena para no regresar a mi supuesta casa, donde me siento más sofocado. En este corto tiempo he comprendido que existen diferentes tipos de mujeres, las que están para un rato de placer, con las que solamente tomamos una taza de café buscando un rato agradable, a alguien que te escuché y las que son el paquete completo a quien busco en este momento. La perdición de todo hombre, mi perdición.
Puedo ver como una isla aparece de la nada lo que me alerta aunque sonrió victorioso esto es el inicio de una nueva aventura. Hay una sensación de regocijo en mi pecho, sé que dije no querer encontrarla, pero al final de hoy te encontré. Llegamos a la costa son ningún problema.
“Sabrás lo que es hasta que lo sientas”, recuerdo lo que me dijo como consuelo Ray ¿Qué clase de chiste era ese?, Cómo sabré yo lo que alguien más busca, suelto un bufido cuando quieren pueden ser una molestia.
Al desembarcar miro de lejos como una sirena se aleja ignorándonos mientras las demás hacen todo por llamar nuestra atención, sonrió. Eso fue demasiado fácil.
Camino por el lugar, la arena hace que se me dificulte el paso. Parece ser pegajosa, pasando por los árboles hasta llegar a mi objetivo. La observo por lo que parecen minutos sin que ella se dé cuenta o solo me ignora, pero el gusto no me dura cuando el escenario cambia lo que hace que me enfurezca, este imbécil no entiende.
El crack se escuchó haciendo eco en el bosque, al momento ella levanta la mirada parece que estaba absorta en sus pensamientos. Él le está apuntando, ella escanea con lo que la apunta parece no reconocerlo al parecer lo desconoce por lo que parecen ser minutos se miran fijo, mientras ideo un plan para deshacerme de él.
—Los humanos evolucionan cada cierto tiempo inventado objetos con los cuales destruirse a unos a otros —la escucho decir hablar de una manera lenta con determinación, él nada más escucharla ha generado que mi piel se erice
—Si disparo está muerta —enfatiza santurrón como si no fuera obvio
Sigo preguntándome en qué momento pensé que sería bueno integrarlo a la tripulación algo en él debió ser no esperen creo que estaba borracho. El hombre es de cabello rubio lacio y gordo con altura mediana unos 30 años o más, tiene un pantalón color negro lleno de lodo, camisa verde opaca corta y de botas negras. Lleva en su pecho una cadena en forma de “X” y su sonrisa está pidiendo sangre, por como mira y con las mejillas sonrojadas es lo que hace deducir que está borracho.
— ¡Largo! —grita, es ahora que me doy cuenta de las lágrimas cuando las limpia de manera brusca 
—No eres tan hermosa —la miro de arriba abajo, ahora que se mueve logro ver la cicatriz que se alcanza a ver de su espalda, él también la ha visto y me molesta
Es el momento de ponerle un alto, no puedo permitir más ya he observado lo suficiente para saber que ella se va conmigo y que él es hombre muerto.
—Jesús baja el arma, ¡Ahora! —Exijo imponiendo mi autoridad como su capitán, estoy listo con la mano sobre mi arma por si se atreve a retarme 
Regreso a mirar de inmediato alerta, sé lo que supone y lo que contempla. Un hombre de sombrero negro con plumas rojas del lado izquierdo, camisa blanca con pantalón negro, las mismas botas, cabello rojizo y largo domado en una cola de caballo. Soy un hombre delgado aunque tengo la musculatura suficiente para romper algunos huesos e intimidar a algunos piratas del bar además de alto además de moreno como todos.
Él baja el arma sin dudar agachando la mirada y retirándose no sin antes pedir disculpas.  Así perdiéndose entre los árboles, sin embargo, sigo alerta por cualquier movimiento absurdo de su parte. Levanto la cabeza permitiéndole verme, tiene al capitán esta justo frente su mirada se suaviza por un instante hasta que vuelve a la defensiva.
—¿Estás bien?, llevo tiempo de contemplándote —salen las palabras sin que pueda detenerlas, sin embargo, me detengo previamente de decir algo tonto y que la haga salir corriendo
Me acerco poco a poco entrando en el agua aprovechando que la mirada refleja asombro, como si no pudiera creer que soy amable. Y la entiendo se supone que somos enemigos a muerte, aunque ninguna de las sirenas anteriores logro atraerme como se supone que cuentas las historias. Me doy cuneta de como las preguntas inundan, estoy seguro de que son ¿Cómo era posible?, ¿se estaba preocupando? O cuestionándose que está mal conmigo y si me permitiera expresarlo declararía que todo. Cuando se da cuenta estoy justo frente ella, logro oler su aroma a rosas que me golpea de forma brusca, es tan tenue el olor. Tengo que contener la respiración para contenerme. Aunque termino sonriendo.
—¿Quién eres?, ¿Qué quieres?, —Ella acerca su rostro permitiéndome ver el rastro de pecas que cubren sus pómulos hasta su nariz dándole un toque tierno
No pude evitar sonreír de nuevo, sin más me acerco rápido y le di un beso en los labios que aunque nuestros labios se tocaron de manera que me hizo sentir un hormigueo en todo mi cuerpo enfocándose en solo un lugar. Ella se alejó rápido por reflejo cayendo al agua mientras que suelto una carcajada, esto será divertido y doloroso, acomodo un poco mi erección.
—Soy el Capitán América mucho gusto—ladeo mi rostro en una sonrisa cínica
Intento volver acercarme estirando la mano para ayudarla a volver a la roca, pero retrocedió hasta que su espalda toco la pared de piedra, siento molestia cuando se aleja de mí, sin embargo, ese sentimiento se despeja cuando contemplo el miedo. El agua de la cascada caía frente cubriéndola si no supiera que está ahí diría que ha desaparecido.
 Es ella, quiero tomarla en brazos y llevarla a un sitio en el que nadie la encontrará y que podamos vivir sin ningún problema, sin embargo, el destino siempre hace un movimiento siendo cruel.

 Es ella, quiero tomarla en brazos y llevarla a un sitio en el que nadie la encontrará y que podamos vivir sin ningún problema, sin embargo, el destino siempre hace un movimiento siendo cruel

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El Despertar De La SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora