Primer dia.

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Abro los ojos y lo primero que veo es la luz que entra por mi ventana. Me quedo así un rato hasta que un ruido en la cocina de ollas cayendo, me saca de mi pequeño mundo.

Con un suspiro me levanto de mi cama y me quedo sentada viendo nada y pensando en todo.

Me levanto de mi cama con demasiada pereza, me dirijo hacia mi baño y observo mi rostro en el, mi piel pálida no hace más que reflejar lo cansada y frustrada que me veo. Muestra el cansancio por estudiar hasta tarde para poder entrar a la universidad que mi mama quería, para así poder obtener una beca y poder pagarla.

Me enjuago la cara como hago siempre y me digno a salir de mi cuarto para ir abajo.

Entro a la cocina y veo a mi madre, ya arreglada preparando el desayuno. Su vestido amarillo resalta demasiado y sus tacones color negros ayudan a que su cuerpo y su estatura se vea muy bien. Mi madre hace esto desde ese día, se arregla y siempre anda bien vestida, no importa la ocasión.

Tomo una manzana de la mesa y me dirijo hacia el refrigerador.

–Buenos días mamá– le digo y ella me mira.

–Buenos días, disculpa el ruido de hace ratos. No acomodaste bien las ollas y todas se cayeron. Prácticamente fue tu culpa.– me dice y regresa su mirada hacia lo que sea que esté preparando.

Ruedo mis ojos y tomó la caja de leche, tomo un vaso de la alacena y regresó a la mesa.

–¿A qué hora entras hoy?– su tono frío y seco hacen que no me den ganas de responder.

–A las 8– digo finalmente. –¿Por qué?– le digo.

–Yo me voy a las 7:40, dentro de media hora. Espero y no llegues tarde a tu primer día en la universidad.– dice pero no termina ahí. –No se te olvide ir a checar lo de la beca. Lleva todos tus papeles porque si no...

–Porque si no, no podré seguir la universidad y me moriré de hambre toda la vida y seré una don nadie. Siempre me dices lo mismo.– termino por ella.

–Exacto. Ahora ya lo sabes.– me mira y deja pan tostado a mi lado. –Quiero que seas alguien. No una mediocre. No seas una inútil o tu marido te va a dejar sola.– termina.

–No tienes que mencionar lo del marido. No me gusta.– digo ya fastidiada.

–Tienes razón. Ya lo vivirás tú sola.– dice y sale de la cocina.

Dejo la manzana a medias en la mesa y me paro. Subo las escaleras y entro a mi cuarto. Me quito mi pijama y me meto al baño y comienzo con mi regaderazo mañanero.

10 minutos después me dispongo a sale y dejó una toalla envuelta en mi cuerpo y otra en mi cabello.

Tomo unos jeans y una blusa de los Beatles y me la pongo. Agarro mi pequeño bolso con mis papeles en ella y mis convers blancos a lo ultimo.

Bajo la escalera y en el último escalón comienzo a ponerme mis comodas.

–Te veo al rato. Cuídate.– dice mi madre bajando por la escalera. Sale de casa así sin más, sin un té quiero o al menos un beso.

No tardó mucho y yo también salgo de casa. Ahora tendría que ir a la estación de camiones para poder llegar a la universidad. Solo pido que me vaya bien.

Él es mi hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora