Nuestros padres pensaron en llevarnos de viaje a Madrid, España, para conocer a la abuela de Luciana que vivía hace 10 años allí, yo seguía enojada por lo que había pasado, pero lo superé, en el avión, a 2 horas de llegar a Perú para hacer escala, Luciana, no paraba de mirarme, me ponía de los pelos su sonrisa tan sexy. Al llegar a Perú, yo necesitaba ir al baño para hacer mis necesidades, Luciana entro conmigo, entramos al baño y cerramos la puerta con llave.
Me acorralo contra la pared y me empezó a besar el cuello lentamente, yo por mi parte me desquiciaba de lo rico que lo hacía, después paso de mi boca a mis pechos, lamiéndolos como si su vida dependiese de ello, después paso a mi vagina, jugando con mi clítoris, eso me volvía loca.