"Novilunio"

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Tú.
El susurro blanco, resplandeciente.
Un jardín de girasoles galopando a mi corazón.
Entre madera desgastada y un tejado gris,
manchado al fervor de mi mirada.

A mis ojos de búho atentos,
abiertos al palpitar de media noche.
Seducido por las almas resonantes de la ciudad,
mi ciudad Ovalle.

No era el dolor,
no era el amor sucumbiendo al invierno del bosque.
No era mi sangre caliente ni la juventud que se agitan,
que gritan ante las águilas del tiempo.
Embriagando mi serenidad en un humo de espiral silencioso.

Era yo, sólo yo,
Llevando agua y tierra,
remojando y sembrando poemas.
Observando a poetas cautelosos, ejecutivos, perezosos que no saben vivir sin preguntas existenciales.
Con la metafísica y sus condimentos en la comida.
En la bebida que mantiene húmedo el gaznate
En el viento impregnado de la contaminación del espíritu.

Y mis palabras vuelan como el polvo de cada edificio.
Enlutado, vacío como quien ve pasar la vida, entendiendo, sentado en aquel precipicio de piedras esculpidas.

Me senté, sonriendo a la culpa.
Mis placeres contados en rumores,
en rubores que sonrojan al arte femenino.
En veladas de otoño que me hacen seguir vivo.

Es que,
no envejezco como el vino.
Cada día más decrépito y tranquilo observando estrellas muertas.
Hablando con mi sombra en un mar de sauces nocturnos.
En flores marchitas, ideas desiertas que me hacen contener la respiración.

Recordando una vieja canción, como una radio en el velador.
La muerte esperando mi cumpleaños, marchitando pared tras pared, manchas tras manchas de mi alrededor.

Sucumbiendo ante tu brillo y la gramática.
Por que, veo en ti lo que siempre adore en el letargo.
En los dedos rígidos, mi boca seca y sedienta.
Ofrecerte mis momentos, volver a derramar el rojo en estos viejos asientos.
Te conozco como a la nada, como a ninguna.
Dándote mis preciosas,
doce piezas de luna.

Doce Piezas De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora