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Un día más los surcos oscuros bajo sus ojos eran notorios como el carbón. Jinhwan odiaba como se veía con esas ojeras, odiaba no poder dormir bien puesto que para él, tener un sueño reparador era más que importante.


Al contrario que la última vez, ningún sueño erótico había sido el causante de su insomnio, si no el recuerdo de aquel joven que le despertó en el aula de arte.


Hanbin, Kim Hanbin. Era bastante famoso en aquella facultad, no solo por sus habilidades si no por su físico y carácter. No le conocía puesto que aquella vez fue la primera en que ambos compartieron unas palabras, pero por lo que había escuchado de él, era una persona muy volcada en su trabajo, amable y dispuesto a ayudar a quien sea. Tenía sus objetivos muy claros, perspicacia a la par que una pizca de incredulidad, mezcla extraña ¿No? Por otros lados también había escuchado que no era oro todo lo que reluce. Al parecer tenía ocho novias secretas, también que si había dejado embarazada a su novia y como era joven y no quería hacerse responsable la abandonó. También cuentan que todo su trabajo no lo hace el, si no que un experto contratado por su familia, millonaria para variar, le hacía todos sus exámenes y trabajos. Miles de barbaridades más podría haber escuchado, realmente no creía ninguna. Desde su punto de vista se veía un muchacho normal, estudiando lo que le gustaba y que se esforzaba en ello, era guapo y a pesar de que nunca le había visto con otra ropa que no fueran sus sudaderas anchas y vaqueros ceñidos, podía notar que tenía un cuerpo bien formado, la pubertad había hecho un buen trabajo con el. No es como si Jinhwan supiera todo esto porque le haya estado observando, para nada.
Tal vez un poco.


Un poco sí que había llamado su atención desde que lo vio alguna que otra vez fotografiando dibujos suyos en el aula de artes.


Toda su noche se basó en pensamientos extraños sobre su vida. ¿Realmente tendrá una familia rica? ¿Tendrá una novia? A lo mejor tenía un tatuaje en algún lugar poco visible, o una linda marca de nacimiento en algún lugar de lo más íntimo.
Una sonrisa se dibujó en su rostro imaginando todas aquella hipotéticas situaciones donde podrían volver a intercambiar algunas palabras sobre su trabajo en la fotografía. Y así poco a poco logrando conciliar el sueño, cuando apenas en una hora su alarma sonaría de formando un odioso escándalo.



Pero no solo había sido una noche difícil para Jinhwan. Hanbin pasó parte de su noche viendo su cámara de fotos, con una imagen puesta sin quitarla. Aquella suave piel que él mismo había palpado, tan suave como parecía, suavidad que se transmite en aquella foto, casi aterciopelada. Aquel lunar el cual si hacía zoom, parecía tener una tierna forma de corazón y así como aquellas pestañas y su ceño relajado. A Hanbin esa imagen le resultaba inspiradora. Soñó despierto con hipotéticas situaciones donde aquel muchacho pequeño posaba para él, mientras él hacía inmortal todo aquel rastro de dulzura en sus gestos mediante fotografías.



Hoy en clase de historia del arte, Jinhwan estaba más que perdido. No le interesaba demasiado la clase. Lo sentía por el barroco y todos los artistas de esa corriente, pero hoy no prestaría su atención. Se dedicó a hacer pequeños garabatos, en su cuaderno. Trataba de recordar todos los rasgos del menor, sus ojos, la forma de u cara, sus labios carnosos y aquella nariz que a proporción del resto era ligeramente más grande, pero no por ello le quitaba atractivo, su pelo oscuro y aquella línea de la mandíbula tan bien marcada, la cual juraría haber visto más de cerca en algún lugar.

''Oye, ese no-...''
Una voz le alertó tapando el dibujo con parte de su brazo, abriendo sus ojos de forma exagerada, asustado por lo que pudieran decir sobre aquel dibujo. Llevó la hasta hasta su compañero de mesa. Su nombre era Yunhyeong,, ambos estudiaban lo mismo, a excepción de que Jinhwan disfrutaba más con la práctica de las clases, dibujando o creando cosas con arcilla y Yunhyeong era más del tipo teórico, la historia era su gran pasión.


Jinhwan quiso cerrar su cuaderno cuando la mano de su compañero hizo de marcador en aquella hoja, volviendo a abrir la libreta por el mismo lado, haciendo que Jinhwan se dejará resbalar por su silla debido a la vergüenza, mirando a su amigo de reojo mientras bajaba cada vez más, esperando a que preguntara respecto al dibujo. Cualquiera diría que es un universitario de segundo año.

''Esta muy bien dibujado'' Dijo Yunhyeong, viendo aquellos trazos tan precisos, sin duda sabía que su compañero sería un gran artista en un futuro.

''Gracias...''Dijo casi en un susurro inaudible.

''Me recuerda a un chico de aquí, a lo mejor le has visto ¿Nam Hanbin? Tal vez, no recuerdo.'' Añadió sabiendo de sobra de quién se trataba, y sabiendo que su nombre no era así, tan solo quería hacer la situación lo menos incómoda posible para su amigo.

''Si, tal vez se parezca un poquito a Kim Hanbin.'' Pronunció aún en voz sumamente baja, haciendo incluso un tierno puchero con sus labios abultados de forma inconsciente.


''No sabía qué os conocíais.'' Dijo con una sonrisa, ahora mirando a su compañero el cual no había cambiando de posición, con sus hombros alzados, pareciendo más menudo aún.

''Bueno, no nos conocemos ni nada, solo nos hemos encontrado una vez, nada en especial.'' Dijo ahora por fin mirando al contrario sin necesidad de desviar la mirada.

Su amigo sonrió al ver un leve sonrojo que había aparecido en las mejillas de Jinhwan. En su opinión, Jinhwan era tan tierno como un bollito de canela, se conocían desde el instituto, cuando ambos decidieron estudiar artes juntos, eran los mejores amigos, aunque no podía negar que su amigo a ratos le parecía más que irresistible, pero el de menor altura no era para él y eso lo sabía, lo respetaba más que a nada, lo seguiría manteniendo como un amor platónico, a quien cuidaría de quien le hiciera el más mínimo daño.

''Es guapo.'' Afirmó Yunhyeong con una sonrisa sincera, mirando ahora de nuevo el dibujo.


''¿Lo es? Tampoco me había fijado mucho.'' Mintió, mintió descaradamente, y sabía que Yunhyeong no le creería pero al menos al decirlo de aquella manera se sentiría...¿Mejor?


-


El olor a comida inundaba las fosas nasales, que no eran pequeñas, de Kim Hanbin, no había hora que más le gustaba que la de comer y tras mucho esfuerzo de atender en clase, ya que era lo único que hacía puesto que en su casa no solía estudiar nada. Lo que más le apetecía era llenar su estómago.

''Te ves muy sonriente, Hanbin.'' Afirmó Jiwon encontrándose con el mencionado junto a la máquina expendedora de patatas, bebidas, chocolatinas y sándwiches.


''¿Ah?'' Miró a su amigo, el cual tenía la cara similar a la de un roedor. Cogió el sándwich y el refresco que había comprado y dejó que el contrario, el cual era mayor que el, usara aquella máquina.


''No sé por qué lo dices'' Continuó abriendo la lata de refresco, para dar un sorbo a esta mientras caminaba ya hacia una de las mesas de la cafetería.


''Llevaba un rato al lado de la máquina y estabas continuamente sonriendo, tío, es raro.'' Dijo tomando asiento en una de las sillas, colocando su almuerzo en la mesa. ''No te habrás tomado nada raro ¿Verdad?'' Añadió de nuevo Jiwon, enarcando una ceja.


Hanbin solo pudo carcajear y enarcar una ceja ante lo dicho por el mayor. ''Quien sabe'' Bromeó en lo que se llevaba el sándwich a la boca, degustando aquel sabor.


''Ah ¿Entonces?'' Jiwon era su amigo desde hace mucho, era obvio que notaría aquel cambio de humor tan alegre en comparación con su mirada indiferente que siempre poseía al salir de clases.


''Uhm ¿Recuerdas hace días que necesitaba inspiración?'' Cuestionó con una sonrisa hacia Bobby, esperando a que se acordara de aquella conversación que habían tenido hace tiempo atrás.


Jiwon asintió con la cabeza, impaciente por saber la respuesta, obteniendo antes un ensanchamiento de sonrisa por parte del menor antes de que este comenzara a vocalizar.
''Pues he encontrado a mi musa.''

Incandescente. [BinHwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora