4: Fuego

2.4K 174 52
                                        

— Parece que tu amiga por fin te dejo solo — sono una voz familiar detras de mi. 

Me di media vuelta y ahi estaba, parado frente a mi vistiendo una camisa negra debajo de un abrigo del mismo color. El chico del bar. 

  — Jackson — solte sorprendido. 

— Recuerdas mi nombre — dijo sonriendo. 

  — No eres alguien que pueda ser olvidado tan facil — respondi. 

— Me alegra que pienses asi. 

— No pense que fueras del tipo de personas que frecuentan este tipo de fiestas — dije con curiosidad tratando de averiguar que hacia alli. 

— Es gracioso, la idea de que tu fueras una de esas personas nunca cruzo por mi mente tampoco —  decia todo con tanta gracia y elegancia al hablar. 

— Es porque no me conoces del todo bien — le respondi mientras me sentaba en uno de los sofas de piel. 

— Puedo decir lo mismo — dijo el sentandose a mi lado — Que te parece si tratamos de hacerlo. Conocernos. 

  — ¿Me estas pidiendo una cita acaso? —  dije en tono de broma y solo saco una sonrisita.

— En vista que tu no lo has hecho aun cuando tienes mi numero — dijo sonrojado.  

Yo lo decia en broma, pero ¿Acaso el realmente me estaba pidiendo una cita? Se que soy guapo o al menos me considero de esa manera, pero es imposible que tantas personas gusten de mi. Antes de llegar a vivir a esta ciudad nunca me habia pasado algo por el estilo, ni si quiera habia conocido mas de una persona gay ademas de mi. Aqui conoci a Angel, luego llego Andree, Dean y ahora Jackson! Lo mas probable es que solo sea un retorcido juego de la vida que me quiere seguir viendo sufrir. Al parecer, aun no he pagado lo suficiente. 

  — Es solo que ahora no busco nada —   respondi mirando hacia otro lado. 

  — ¿Que te hace pensar que yo lo hago? —   dijo con una sonrisa de lado y el hoyuelo marcandose. 

  — Me refiero a nada de nada — insisti. 

— No tenemos que ser algo para salir a tomar algo o ir al cine o a cenar — respondio despreocupado — Me agradas — agrego— Podemos ser amigos. 

Se levanto y camino hasta la pista de baile sin decir nada mas, dejando su enigmatica  prescencia y aroma aun rondando la habitacion donde yo estaba. La frustracion me comia vivo. ¿Acaso le gustaba o no le gustaba? ¿Que queria de mi? Creo que me habia hecho demasiadas ilusiones en mi cabeza. 

  — ¿Tienes un nuevo amigo? — pregunto Angel parado al otro lado de la habitacion, junto a otra de las salidas. Se veia algo extraño. 

— No — respondi — Apenas y se su nombre, lo conoci ayer. 

— ¿Te dio duro como te gusta?— pregunto con rabia en su voz despues de soltar un gruñido.

  — ¿Disculpa? 

— Era de el la camisa que llevabas puesta anoche, ¿no es asi?— no resisti a poner un gesto de sorpresa en mi rostro ante tal afirmacion — No parezcas sorprendido. Conozco tus gustos y esa camisa era demasiada cara para ti. Supongo que despues del sexo quedaste tan confundido que ni si quiera revisaste lo que te ponias... o quiza solo queria seguir teniendo una parte de el contigo. 

— No me acoste con el — dije con indignacion — Solo hablamos mientras compartiamos papas fritas. Te lo dije apenas conozco su nombre. Ademas, ¿quien eres tu para venir y decirme eso? 

AMOR INQUEBRANTABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora