Una hora después de esperar en el auto como ella me indico; se subió al auto y volvimos a la oficina. Y así pasaron 3 meses, de la oficina a algún lugar que ella quisiera y después devuelta a la oficina, o del museo a la oficina, me termine enterando que el museo era de ella, su padre se lo había dejado como herencia y ella tenía que mantener todos los asuntos en orden. Después de todo no era un mal trabajo, aunque a veces era muy mandona y la arrogancia de niña rica desbordaba su ser.
-Buenos días Sun.
-Buenos días joven Min Ho, la señorita Shin Hye está en una junta me dijo que le diera esta lista de cosas que tenía que hacer hoy.
-Gracias Sun.
-De nada.
Salí de la empresa y al leer la lista de cosas que tenía que hacer dude de mi trabajo:
1. Recoger ropa en la lavandería.
2. Comprar un saco nuevo (Color azul marino, una camisa blanca y corbata azul con blanco)
3. Comprar un regalo "x" para mujer.
4. Comprar chocolates.
-¿En serio? ¿Qué se le compra a una mujer?
Para tener en cuenta que eran 4 cosas y solo dos eran sencillas para mí, empecé con recoger la ropa de la lavandería y después compré el saco la camisa y la corbata. Solo quedaban 2 cosas, cosas que jamás había comprado en mi vida; nunca he tenido novia así que no sabía que comprar y mi mamá tenía muchos años de muerta, nunca le he regalado algo a una mujer y la segunda no me gustan los chocolates, de tantos que hay ¿Cuál compro?
-Sun ¿Está Shin Hye en su oficina?
-Sí, esta con el joven Jong Suk.
-ahg, ese idiota. Gracias Sun
-¿Shin Hye? – dije mientras tocaba la puerta.
-Pasa.
-Aquí está lo que me pidió.
-A ver
-Shin Hye, me voy tengo unos asuntos que atender.
-Está bien Suk, nos vemos esta noche.
-Claro princesa.
-Bien ¿Qué compraste?
-Primero que nada, no supe que comprar, nunca he regalado algo a una mujer, así que improvise.
-¿Improvisaste?, eso no suena una buena idea.
-¿Un bolso y unos zapatos?
-El regalo lo debiste de comprar tu no yo –excusándome.
-No, está bien, no está mal, improvisar es bueno para ti Min Ho –palmeando la parte izquierda de mi cara.
-Y los chocolates, compre tres.
-¿Tres?
-No supe cual tomar, son demasiados.
-Cualquiera hubiera estado bien los chocolates son para mí, si quieres tomar uno puedes hacerlo.
-No me gusta el chocolate.
-Entonces dale uno a Sun, es demasiado chocolate para mí.
-Sun, toma, te lo manda Shin Hye.
-Oh, gracias.
-Bien, ¿Te probaste el saco y la camisa?
-¿Probármelos? No, para nada.
-¿Qué?
-Nunca me dijiste que tenía que probármelos, yo solo soy el chofer, no necesito ir a una fiesta con saco azul, camisa blanca y corbata blanco y azul.
-Eres el chofer claro está, pero no por eso dejare que las demás personas digan que no atiendo bien a mis trabajadores.
-Vaya hipocresía.
-De eso se trata la vida cariño.
-Bueno pruébate todo, si no te queda lo vas a cambiar a uno que te quede, luego te vas a tu casa te arreglas y a las 7:00 p.m. me pasas a recoger a mi casa; le pides la dirección a Sun.
Como era de esperarse obedecí las órdenes de mi ama, y me quedo, el saco estaba un poco justo, pero bien para un chofer que único que haría era llevar a una bestia a una fiesta. La corbata no me gustaba así que la cambie por un moño.
-Sun.
-¿Si?
-Me podrías dar la dirección de la señorita Park.
-Claro, ya tan rápido confía en ti –con la vista en el computador.
-Supongo que soy inofensivo.
-Claro, solo que ella no lo es.
-¿En serio? Gracias por el dato Sun.
-Bueno, aquí tienes, suerte.
-Gracias, adiós.
Tarde horas, dos para ser exacto en encontrar la casa de la bestia. Era una casa lujosa, yo pensaba que sería una mansión, pero creo que el dinero no da para tanto.
Para entrar a esa mendiga chocita costosa, tenía que pasar por dos guardias, y responder a estúpidas preguntas.
-¿Tu nombre?
-¿Cómo conoces a la señorita Park?
-¿Tu oficio?
¿En serio? Querían hacer mi biografía o ¿Qué? Responder dos veces a esas tres preguntas ¿Qué clase de seguridad era esa?
-¿La señorita Park? –dije a una señora que me recibió mientras estacionaba el auto.
-Pase joven, la señorita Park lo espera.
-¿A mí?, pero si soy...
-El chofer –dijo interrumpiéndome- lo sé.
-Eso veo.
Quizá era solo una casa lujosa con dos guardias al entrar que te hacen preguntas tan irónicas; pero por dentro si era una mansión, con cosas de lujo, vasijas, jarrones, todas esas cosas que cuando las ves sabes que te costaría una vida poder tener algo con eso.
-Eh, ya estás aquí.
-Si.
-¿No traes corbata?
-No, es que no me veía bien con ella.
-Todo hombre se ve bien con una, pero está bien, esta te la paso por ser la primera vez, que no se vuelva a repetir Min Ho.
-Si señorita.
-Bien, ¿Cómo me veo?
-Se ve bien –digo sonrojado.
-¿Solo bien? Bueno, tampoco es como que vaya haber alguien especial para ir muy bien.
-Lo siento, no quería...
-Tranquilo Min Ho, solo bromeaba, me veo hermosa yo lo sé.
-Tiene la autoestima muy alta.
-Alguien como yo la tiene que tener así hombre; bueno no hagamos esto más largo y vámonos.
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La bestia.
RandomBestia. Eso es mi jefa. No la soporto, se cree de la alta realeza solo por tener su propia empresa y tener dinero; bah. No veo la hora en la que este maldito año pase rápido y poder buscar un trabajo mejor que este. Mientras eso pase tendré que ser...