3.2 PORTGAS D. ACE(ONE PIECE)

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Una luz cálida abrasó mis ojos, el sol... ya ni recordaba cuán brillante y cálido era este. Me quedé quieta con la cabeza alta y mis ojos cerrados. La brisa hacía que mi pelo ondulaba. Respiro. Después de tantos años por fin me siento libre otra vez, tenía otra oportunidad de vivir y Barbablanca , bueno mejor dicho "papá" era quien me había brindado esta.

- Eh oye hija, ¿estas bien? . Barbablanca puso parte de su gran mano en mi hombro. -A todo esto con las prisas de que te unieras no te lo he preguntado pero,¿ como te llamas?

- Ah es cierto, me llamo (T/N) y si estoy bien solo que hacía mucho que no me sentía así de bueno... como decirlo... ¿libre?. Alzo mi mano derecha y la pongo frente a mi cara tapando el sol.

Barbablana se echa a reír y se queda callado durante un momento.

-¿Libertad eh? Bueno estando de mi lado no volverás a perderla. Me mira y pone una amplia sonrisa en su cara yo claramente se la devuelvo.

Tras esta charla me echo para atrás a causa de la impactante escena del barco bárbaro, una masacre había ocurrido en unos minutos. No podía creerlo, habían sido unos minutos y toda la tripulación había sido mutilada, aquellos hombres que no parecían de este mundo como si de titanes se tratasen cayeron todos, ni siquiera el capitán. En parte una sensación de satisfacción recorrió durante unos segundos pero tratándose de muertos prefiero mantenerme a raya.

-Todo registrado señor. Un pirata de la banda se acercó y con sumo respeto se dirigió a papá.

-Perfecto, cuenta saldada. ¡BIEN HECHO HIJOS MÍOS!. Venga vámonos. Hizo una especie de reverencia indicándome el lugar.

En eso que levanto la vista veo un gigantesco barco pirata mil veces más grande que el de los bárbaros. De el asombro tengo la boca por el suelo y de fondo puedo oír como Barbablanca ríe al ver mi expresión de sorpresa.

-Bienvenida a tu nueva casa.

Un pasarela de madera cae justo en frente de nosotros, comenzamos a subir y subir y subir, se me estaba haciendo eterno y eso de estar encadenada durante unos años en una celda no ayuda a mantener una resistencia al hacer cualquier actividad y más si es deporte. Por fin llegamos, doy un pequeño salto al llegar a cubierta e intento hacer un sondeo de los que va a ser mi nueva estancia, quien me diría a mí que llegaría a ser pirata. Tal y como pensaba el barco es gigantesco, un tanto excesivo pero al comparar de nuevo el tamaño de Barbablanca y el barco me parece que se debe a él el tamaño del navío. Comienzo a andar por la cubierta, miro las velas , toco la madera del suelo y siento un pequeño toque en el hombro.

-(T/N) te he asignado ya una habitación, ve a verla acomódate, descansa y cuando quieras aquí estoy, bueno más bien dicho estamos. Tu habitación es la 69 hija mía.

-¿Es enserio que no había más habitaciones?¿Tiene que ser esa?

-Ejem... Me echa una mirada asesina que hace que mi cuerpo se ponga firme y que baje mi cabeza.

-Eh... quiero decir... GRACIAS PAPI. Después de decirle tal ñoñería salgo corriendo.

- Es por aquí.

-¿Perdona?. Alzo la vista y un chico rubio estaba sentado como en una especie de altillo.- ¿Eres nueva no?, las habitaciones están bajando esas escaleras, ¿qué número tienes?

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