Capitulo 2

38 1 0
                                    


Estaba desorientada, me habían golpeado y tenía varias heridas en todas las partes de mi cuerpo. Apenas podía percibir bien las cosas, lo veía todo absolutamente borroso... sólo podía ver que todo estaba de color blanco, nada más.

Pasaron varias horas y mi visión se estuvo restaurando poco a poco, fue ahí cuando me pude dar cuenta de que estaba en una habitación completamente blanca que iba conjuntada con todos escasos muebles del interior, sólo había una cama y un cuarto de baño el cual era demasiado pequeño, sólo estaba lo necesario pero en malas condiciones, me daba asco estar en ese lugar.

Ese día lo pasé absolutamente sola, no vino nadie y no se escuchaba nada.

Pasaron varios días más y entonces aparecieron unos hombres, no se les veía bien la cara porque tenían mascarillas, vestían con batas blancas y otros azules. Éstos me llevaron hacia otro lugar que no me gustaba nada, allí me hacían una especie de experimentos de todo tipo, a veces volvía a mi habitación con mi piel irritada de tantas inyecciones que me habían introducido, otras veces me desmayaba por el insoportable dolor que me causaban. Todos los días escribía lo que me pasaba todos los días por que no había ni un solo día que no me ocurriese algo horroroso. No sé por qué me dan papel y lápiz para que haga lo que quiera, cada vez que se me acaba vuelven a darme lo necesario, ¿por qué? Quizás es porque nunca saldré de éste lugar.

Habían pasado varios meses, incluso años, tenía bastante asumida la situación.

Una noche me sorprendí, era todo bastante extraño, de repente alguien entró en mi habitación, no reconocía bien de quién se trataba pues su silueta no me era conocida, tampoco vestía como los demás y su aspecto menos aún, era un simple joven pero, ¿qué hacía entrando en mi habitación por la noche? Supuestamente la noche es un descanso para los sucios humanos, ¿éste no descansaba? El chico parecía bastante alterado, como si estuviese escapando de alguien, quizás por ese motivo haya entrado aquí. No dije nada, permanecí en silencio para ser más astuta. Cuando éste se dio la vuelta supe que se asustó de verme detrás suya pero no lo mostró.


¿Qué quieres de mí?

...

Hoy he hecho todas las pruebas, ¿tengo que hacer más aún?

¿Eh? ¡no, calla!  -dijo confuso-


El chico me tapó la boca y me acorraló contra la pared, aquello no me gustó nada, ¿quién se creía que era para hacer ese tipo de cosas? Parecía que estaba escuchando algo y unos pasos se dirigieron hacia donde estábamos. Unos hombres abrieron la puerta de mi habitación, pero el chico supo fácilmente deshacerse de éstos hombres pues había puesto como excusa que estaba "pasando un rato divertido" conmigo así que esos tipos se fueron de allí volviendo a dejarnos a solas. El chico nuevamente se giró para verme.


Lo siento, no quería molestarte, estos hombres me estaban siguiendo y no tuve otra opción.

¿Con qué mísero derecho te atreves a hablarme con tanta familiaridad?

¿Qué?

¿¡Quieres que te mate aquí y ahora!?

¿¡Qué!? ¡No, espera! Me llamo Kim JongIn, soy nuevo en éste lugar.


Realmente el chico no sabía dónde estaba, tras decir aquello me estrechó la mano como si de alguien normal y corriente se tratase, ¿acaso no sabía que todos los que estábamos en éste asqueroso lugar éramos seres diferentes a ellos?


¡Sal! ¡Sal de aquí!

¡Espera! Creo que no hemos empezado con buen pie, perdóname...


No dudé ni un segundo más en empujarle contra la pared y ponerle mis manos en su cuello y agarrarle fuertemente mientras miraba fijamente a sus ojos.


Escuchame bien asqueroso humano, no sabes qué mierda estás haciendo en éste lugar, te podría matar con mis propias manos ahora mismo así que lárgate ya, no quiero verte, nunca más, vete y aprende del resto de tu sucia raza.

N-n...o ... es-esp...pera... ¿por-p-por qué e...eres a-así?


El chico tuvo más fuerza que yo y me apartó suavemente mis manos de su cuello, me miró con ojos tiernos y sinceros, ¿quién era? ¿no me temía?


¿Cómo te llamas?

-Sólo le miré de arriba hacia abajo, me parecía bastante descarado-

¿Tan difícil es socializar contigo? Te he pedido perdón, sólo quiero que estemos en paz, ¿quieres que no pegue ojo por tu culpa?

¿Qué me importas tú a mí?

.... Aaah.... ¿enserio?

No mereces nada de mí, tarde o temprano estarás haciendo lo mismo que los demás... matarnos.

¿Mataros? Yo no hago eso, al revés, soy médico.

-Me dijo aquello último con una sonrisa amplia en su rostro, ¿por qué estaba siendo así conmigo? ¿Tendré realmente la razón y no sabrá nada?- Soy una vampiresa, inútil.

¿Qué? No bromees ahora chica.

¿Bromear? ¿Tengo cara y ganas para hacer ese tipo de cosas?

... Está bien, vale que sea en novato en éste lugar pero de ahí a que digas ese tipo de cosas no me parece normal....


Volvió a sonreír e incluso a reír mientras él mismo pensaba que era una simple broma, éste chico no sabía nada, no sabía aún que se acababa de meter en el propio hogar de satanás. No tuve más opción que acercarme peligrosamente a él, hasta el punto en el que nuestros cuerpos estuviesen bastante unidos, tomé su cuello y lo giré hacia un lado, acto seguido abrí mi boca y fue en ese mismo momento en el que dejé al descubierto mis largos colmillos. No accioné, sólo esperé a ver la reacción del contrario la cual me hizo cierta gracia.

El chico abrió sus ojos como platos pero ... no me apartó, no me empujó como si de un bicho raro se tratase, no, él se quedó inmóvil, sin palabras, pero su expresión lo decía todo... le parecía espectacular. ¿Por qué?

Estuvo un tiempo más conmigo, impactado y sorprendido por aquello... después de eso se fue, se despidió de mi como si de una amiga se tratase... aún no entendía nada... ¿por qué?

JessicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora