Pasaron los días después de aquella desastrosa experiencia en mi eterna vida. Logré robar ropa y comida lo que me ayudó a conseguir trabajo como camarera, claro que tuve que ocultar lo que realmente era ya que nadie aceptaría que una vampiresa le atendiese. Después también logré un cambio de look lo que aquello supuso una buena higiene. Ahora tendría las fuerzas necesarias para ir al funeral de JongIn, después de salir de las horas de trabajo me ponía a buscar información privada sobre él y lo conseguí.
El día del funeral me oculté junto al resto de personal, oculté mi rostro con un sombrero del cual colgaba una tela de color negra que tapaba medio rostro. Vestí completamente de color negro, no dejé ni un milímetro de mi piel al descubierto, sólo media cara, de nariz hacia abajo.
Fue un poco doloroso asistir a aquello pero al fin aguanté y permanecí la última, me quedé sola en aquel lugar, nadie más estaba allí. Comenzó a llover pero no me importaba mojarme, era una de las cosas a la que ya estaba acostumbrada ya que viví la mayor parte de mi vida en la calle.
Me despedí de JongIn dejando caer una rosa sobre su tumba.
Pasaron semanas, meses, años, siglos... había vivido en condiciones regulares y muy malas a veces, nunca viví del todo bien, nunca. La raza humana evolucionó bastante a medida de que el tiempo fue avanzando, cada vez más seres como yo desaparecían o prácticamente se ocultaban entre los humanos porque les daba vergüenza ser lo que eran o que simplemente querían vivir.
Decidí comenzar a buscar a mi hermana Krystal, iba siendo la hora de eso así que comencé a buscar por los institutos. Estuve en muchísimos institutos del mundo pero no encontraba ninguno así que se me ocurrió la idea de que podría estar en algún instituto en particular... "Monster Institute" ... sonaba algo familiar ya que los humanos nos bautizaron de ese modo "monstruos" ...¿acaso no se daban cuenta de que los únicos monstruos el mundo eran ellos mismos?
Me matriculé en aquel instituto con la esperanza de encontrarme con Krystal, ahora ella era la única persona que podría importarme en el mundo.
