Camino hasta el metro, todo es tranquilo las campanas de las tiendas suena al entrar las personas, parecen alegres, me gusta que estén así ya que logran contagiarme su entusiasmo.
Veo una niña llorar y me acerco a ella, giro la cabeza en dirección a su vista y una muñeca de trapo está siendo devorada por un can, así que que me agacho y poso las nalgas sobre las pantorrillas, quedando justo a su altura.
-Te gustaba mucho esa muñeca?
A la niña en llantos le cuesta responder.
-Te gustaría una más bonita?
Se limpia las lágrimas con su pequeña mano y a su vez mueve la cabeza dando a entender que sí.
-¿Puedo? (le pregunto a su madre que mira sonriente haciendo la misma seña que su hija)
-Dame tu mano pequeña.
La madre le lleva de un brazo mientras yo del otro y caminamos hasta la juguetería más cercana.
Los ojos de la pequeña cogen brillo y corre hasta una figura. Una enorme muñeca con un gran vestido color rosa y hermoso risos dorados.
-Esa te gustó?
-Si
-Entonces que esperas para cogerla?
Siento una palmada en el hombro y me giro hacia la madre que me observa agradecida.
-Gracias
-No es nada
Camino hasta la salida de la juguetería y me dirijo a la estación.
Una vez dentro tomo asiento y sin más comienzo a pensar en que haré una vez que el tren se detenga, probablemente iré de compras, ya va siendo hora de pensar en otra cosa.
Se escuchan unas risas frente a mi, así que levanto la mirada para ver de donde proviene y me detengo por un momento a observarlos. Una pareja parece muy cómoda besándose y por un momento me veo en el lugar de esa chica, esperando ese beso en la mejilla con una gran sonrisa.
Nuevamente dejo de fantasear y saco un libro de la mochila y empiezo a leer.
Las personas en la infancia se creen el centro del universo, hasta que llegan a la adolescencia y se dan cuenta de que están solos. Oh eso es lo que se hacen creer, mientras que intentan llenar el vació con romances, drogas e incluso vicios que solo terminan perjudicando su existencia ya que no tienen la madurez para sobrellevar uno de ellos.
Este no es mi caso, de pequeña tuve que aprender cosas que los adultos no tendrían idea, tuve que madurar justo antes de la adolescencia, un romance siempre ha estado prohibido ya que no debo tener distracciones. Debo seguir el hilo sin tropezar. No siempre estuve sola y a pesar de que no tuve una infancia como la de ellos, me hacía feliz aprender y que él me enseñara, nunca nos fue suficiente.
Suena el chirrido del tren al estacionar y me encamino a la armería a la que acudo de pequeña.
-Oye hace mucho que no te veíamos por acá.
-Ya vez, he tenido cosas que hacer.
-¿Cómo qué cosas linda?
-No son tan importantes.
-Claro soy una mujer de color preguntando por tus cosas, lo siento.
-Ehhh que te pasa sabes que no soy racista, eres mi mujer de color favorita, además tenemos algo en común no?
-Claro a ambas nos encantan las armas, ¿Se te acabaron los tiros?
-Sí, he estado practicando.
-Y has mejorado?
-Como no tienes idea.
-¿Para cual llevas esta vez?
-¿Cual imaginas que tengo ahora?
-Oooh señor Jesús me temo que un día me dirás que tienes una franco...
-La tengo
-¿Quééééé?
-Si pero he venido por tiros para una beretta Px4 strom no es la gran cosa pero funciona
-Eres una bestia querida.
-Gracias
-Toma, espero que te aproveche
- Así será.
Salí de la armería y caminé entre las personas hasta llegar al parque, introducirme en el bosque hasta llegar al centro de él.
He ahí aquella gloriosa banca que tanto me agrada, tomé asiento me adentré en las palabras del libro hasta que por fin lo terminé. levanté la mirada y justo a tiempo para que el atardecer cayera sobre mí.
Una vez concluido el tranquilo momento camino por el sendero y tarareo una canción que me hace recordarlos, cuando aún era muy niña y ellos esperaban junto a mi cama hasta que el sueño me acorralaba y se posaba sobre mí. Mis ojos se tornan empañados provocando que se nuble el camino y expulsando una lagrima que recorre mi mejilla. Rápidamente me seco con la muñeca y continuo caminando.
Ahora me encuentro entre las personas, todos parecen llevar prisa, el ruido es un poco molesto pero he logrado acostumbrarme él, todos se cruzan entre sí para acercarse a su destino, mis oídos captan el ruido de los pasos, de los autos, las fábricas y lo más cansado es el peso de sus pensamientos.
Camino sin tener claro hacia donde me dirijo y de pronto, un cosquilleo recorre mi nuca provocando que los vellos de mis extremidades se pongan en punta, un presentimiento me embarga el cuerpo, no estoy segura si es positivo o viceversa, una fuerza involuntaria me obliga agresivamente a girar mi cabeza y mientras lo hago cierro mis ojos con un gran temor a no saber que es lo que hay allí.
Me digo a mi misma que no puedo quedarme aquí inmóvil, esperando a que lo que sea que hay ahí se acerque y me convierta en su victima, o aún peor se vaya y quedar con la intriga e ignorancia.
Intento abrir los ojos pero el miedo no lo permite, me aterra saber que está provocando esta sensación.
Una milésima de segundo bastó para tomar el valor necesario y la luz penetró mis pupilas.
Al separarse mis pestañas todas y cada una de las personas estaban inmóviles como si el tiempo se hubiese detenido, ni un ruido, ni un movimiento, el tiempo se puso cada vez más y más frío y puedo asegurar que todo mi ser empezó a temblar y no por eso, sino; al verlo ahí parado, frente a mi, en persona, vivo, observándome directamente a los ojos, el canguelo me invade,cómo puedo estar frente a un chico que no sé como pero estuvo en mi sueño, el cual no debía de existir, ¿porqué me ve así, acaso me conoce?.
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Escapando del Abismo
RandomSi el pasado toca tu espalda con sus fríos dedos, entonces corre y no te detengas. No permitas que te esclavice, no te aferres, no tiembles. Aprende a sentir cada momento pues solo así sabrás que estas vivo. No olvides tener el corazón y la mente fi...