Capítulo 4 - Ladrón.

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Sin mirar atrás, seguí recto hacia adelante con el pecho agitado, la presencia de ese chico era abrumadora. Luego de unos minutos sentí que me seguían muy de cerca, posiblemente seria él y sus jugarretas y tendría que volver a decirle que no. Sentía que no debía de ser tan ruda... Pero no era tan fácil el conquistarle como lo parecía. 

Al cabo de unos segundos mi seguidor aumentó su paso al punto de llegar a sentir su respiración sobre mi cuello, me golpeó el susto y paré en seco girándome.

- Veo que tienes mucho tiempo li-...

- Hola criatura solitaria -dijo un hombre muy alto y de apariencia fuerte- Tienes tiempo para ¿pasar el rato?.

- Lo lamento -respondí- tengo cosas que hacer así que, si me disculpas.

- Oh, es una lastima... Unos amigos querían conocerte -agregó con una sonrisa maliciosa- se pondrán muy tristes al saber que te fuiste sin verlos.

- ¿Como sabes que soy yo realmente a la que quieren ver?.

- Eres, ____, ¿no?, has sido muy popular últimamente entre unos amigos.

- A que se debe esa ¿"Popularidad"?.

- Se dice que eres la nueva "Presa" de él, aunque no estaría muy seguro, veo que no tienes nada particular que le pueda interesar.

- Hermosas palabras de un desconocido, gracias por el cumplido lindo pero debo irme, al parecer se me hizo muy tarde por seguir hablando con un idiota -dije frustrada- dile a tus amiguitos que será una pena pero no podré asistir a su reunión de StreetBoys.

- Ouch, eso es un golpe feo a mi masculinidad, pero está bien, nos volveremos a ver pronto pequeña saltamontes, mientras tanto... Cuídate de ese niño bonito -dijo mientras desaparecía en la oscuridad de la tarde-.

- Ah... -suspiré- qué está pasando conmigo.

Seguí caminando rumbo a mi casa, se estaba haciendo tarde y el coche llegaría al día siguiente probablemente, lo que me dejaba tiempo suficiente para poder arreglar el garaje, que con el tiempo se convirtió en una cripta de muertos debido a la cantidad de telarañas y polvo que había. Al llegar me fije que había algo debajo de la puerta de entrada, era una carta completamente negra con una rosa turquesa de sello. Al abrirla parecía una carta de amor, pero luego al leerla comprendí que era una invitación a una fiesta de mascaras.

-¿Fiesta de Mascaras?, supongo que sera alguno de los tantos engaños que muestran a diario en la TV, lo mejor sera dejar esto a un lado-Me dije mientras la lanzaba al trasto de basura-

Tome el teléfono y me dispuse a llamar a Vee para comentarle lo del coche y que reservara tiempo para que lo probásemos juntas quizá, con un pequeño viaje a la orilla de la playa acompañadas de unas cervezas. Después de marcar el número.

-Hola, ¿Vee?.

-Hey, ¿qué ocurre, nena?.

-Es que llamaba para preguntarte unas cosas.

-Claro, dime qué sucede, oh, por cierto necesito mencionar algo muy importante.- Su voz sonó chillona dándome a entender que era algo muy bueno.- Me invitaron a una fiesta, me ha llegado un sobre muy elegante negro, necesito que ya mañana me acompañes a ir por un vestido, quizás algo corto. No habría nada de malo en que muestre algo más.- Rió.

-No lo creerás pero también me enviaron aquello, pensé en no ir, no es de mi agrado, Vee.

-Es lamentable porque que si te la enviaron será importante, niña, iremos a vernos todo aquello. Será tan emocionante quizá consigas algún chico bonito allá, ya es tiempo que tengas novio o al menos un amigo con el cual hagan cosas.- Habló cada vez más fuerte.

-No, estoy más que decidida en no ir, me parece un poco aburrido además he tirado a la basura la invitación, parecía un carta de amor o algo parecido, demasiado mierda, prefiero quedarme en mi casa pero no habría problema en acompañarte a comprar tu vestido.- Suspiré con algo de pesadez.

-Cariño, quieras o no vas a tener que ir, te insistiré hasta que vayamos de todas formas, no te niegues será divertido, créeme que será muy genial, no tienes que comportarte tan reservada ni nada, eres grande y saldremos de fiesta. Fin de la historia.- Dijo con rapidez.

-De acuerdo, mañana iré a tu casa a las 3 de la tarde, cuídate mucho-. Me resigné a decirle y corté la llamada. 

No me agradaba la idea de tener que ir a una fiesta así, aún que ella estaba en lo correcto, un novio o algún amigo con derecho no me vendría mal, quizás hasta estaría con el humor mejor y tendría más ganas de salir pero sólo era unas opciones de lo que podía suceder, subí a mi habitación ya rendida por aquél día pero al llegar a mi habitación sentí que mi cuerpo se congeló, una sensación extraña de ahí que me hizo temer por lo que podía pasar, quise gritar pero la voz no me salió, era como si alguien estuviera impidiendolo y sólo escuché un susurro cerca de mi oído diciendo "Nos vemos mañana en la fiesta, cariño".

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2017 ⏰

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Una Pasión Prohibida. «Patch Cipriano»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora