Capitulo 2

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Aun en contra de todos los prejuicios ese había sido su hogar, un lugar dónde encontró comprensión y cariño cuando llego a este con quince años, colmándose de calor humano de personas a las cuales constantemente juzgaban y señalaban sin ningún criterio, solo se dejaban llevar por las apariencias, el mayor ejemplo, ella, quien más de una vez había sido señalada y rebajada, pero nunca le había interesado lo que la gente pensara o dijera, si no les debía nada, ni siquiera un plato de comida, aprendió a ganárselo sin necesidad de humillarse ante nadie.

Gracias al sostén que le brindaron logró cumplir su más anhelado sueño, graduarse de diseñadora de modas. Desde que tenía uso de razón ambicionaba el poder hacerlo, a sus muñecas les creaba vestidos con retazos de tela, aun sin graduarse diseñaba el vestuario de ella y sus amigas, quienes siempre elogiaron su trabajo y el don único que tenía para innovar, también había hecho algunos cursos de verano en diseño de interiores.

En cinco años logró sacar su carrera, sin darse un descanso y actualmente contaba con los conocimientos necesarios, el dinero suficiente en su cuenta bancaria y en su maleta los bocetos para emprender su propio negocio, inaugurar su propia tienda de ropa, sabía que no sería fácil,pero ya encontraría la manera de obtener ayuda,de que alguien la apoyara para poder comprar el local y dar a conocer sus diseños. También tenía en mente encontrar algunos contratos para decorar algunos espacios y así obtener mayores ingresos, pero sabía que, Las Vegas no era el lugar más recomendado, necesitaba un lugar donde se moviera con mayor auge la elite, por lo que partía a Nueva York.

Para Stefani Joanne,decir adiós no era una simple palabra, implicaba abandonar una parte de su vida para empezar una nueva, no era solo dejar a las personas de las cuales se despedía atrás, sino obligarse a no extrañarlas tanto y arriesgarse por sus ilusiones.

-Sabes que aquí siempre serás bienvenida y que si no funciona lo intentaremos hasta que logres ser una diseñadora reconocida, que seas famosa. -le decía Taylor, abrazándola.

-Gracias Tay, pero tengo fe que podré cumplir mis sueños, ya veras, serás mi asistente. —le hizo saber colocándole un mechón de cabello detrás de la oreja, para después darle un abrazo a la chica rubia.

-Ya sabes Gaga, si alguien llega a propasarte contigo o mirarte de mas, solo me llamas y estaré allí para partirle la cara. —le dijo Jason, que era un afroamericano, con casi dos metros de estatura y que siempre la había defendido y sido ese hermano que siempre anheló.

-Claro que te llamaré. —exclamó tratando de retener las lágrimas en sus ojos al igual que el chico, se acercó y lo abrazó para después darle un beso en la mejilla.

-Los voy a extrañar tanto, pero llamaré todos los días. debo subir al autobús si no me quitaran el puesto de la ventana y quiero admirar el camino, saber por dónde voy.

-Te quiero mucho mi mariposa, mi hermosa mariposa negra. —le mencionó la chica dándole un beso en la frente.

—Ahora si sube. — le insistió y ella se encaminó al bus, se detuvo en los escalones y se volvió para mirarlos. -Los llamaré dentro de un rato. —les hizo saber y ellos asintieron en silencio, mientras retenían las lágrimas que hacían estragos en la garganta.

Rachell subió al autobús y cómo siempre, era el centro de miradas de la mayoría de los hombres, poseía una belleza natural que enloquecía al género masculino, con veinticuatro años había rechazado a docenas que le habían ofrecido el cielo, tierra y algunos exagerados hasta el paraíso, pero sabía que siempre prometían, algunos cumplían y después terminaban creyendo que era de su propiedad y hasta para respirar debía pedir permiso, si no lo hacía podría terminar como su madre, resignada y ultrajada. Hasta el día de hoy no podía superar ese rechazo que sentía hacia ellos y solo los utilizaba para encontrar propósitos, nada más.

Al llegar al puesto que le habían asignado dejó libre un suspiro al ver que un hombre de unos veintinueve años estaba sentado, pero para su suerte no ocupaba el asiento de la ventana, sin embargo se quedó observándola de arriba abajo.

-¿Podría darme permiso? -le preguntó mirándolo y evidenciando molestia ante el descaro del hombre.

-Si claro. —respondió con media sonrisa.

Pero, no se levantó solo le hizo espacio, era evidente que deseaba que la chica le ofreciera una vista generosa ante su escote, sin embargo le estropeo los planes al darse vuelta y pasar de espalda, tratando de alejarse lo más posible, dedicándole una mirada de reojo, percatándose que le dejaba la baba en el trasero.

Stefani no pudo evitar molestarse por lo que hizo un movimiento brusco con el bolso, volteándole la cara y se mordió un grito de júbilo al escuchar que el tipo se quejaba, ante elgolpe.

-Lo siento. disculpe. —le dijo fingiendo inocencia, mientras tomaba asiento, observando como el tipo trataba de sobrellevar el dolor al presionarse la nariz con una de las manos.

-No. no es nada, no te preocupes. ¿Y viajas sola? -preguntó con la mirada en el escote de la chica, lo cual no pasó desapercibido para ella.

"No es tu problema, escoria pervertida" —se imaginó dándole esa respuesta, pero prefirió pensarla mejor.

-Sí. -respondió secamente al tiempo que se colocaba una chaqueta de cuero y le subía el cierre hasta el cuello, lo menos que quería era mantener una conversación con un hombre que en su mente solo la imaginaba desnuda, mientras le proporcionaba sexo oral. Decidió ignóralo totalmente, por lo que buscó en su bolso de mano, el ipod táctil y le colocó los audífonos, subiéndole el volumen al máximo, tanto como le gustaba, en ese instante la voz de Pink inundó los oídos de la rubia con Lonely girl.

-Ya sé lo que quiero ser, no me vengas con pendejadas , Pink. -se dijo mentalmente y pasó a la siguiente, que era Katy Perry con Thinking of you

-¡Vaya mierda que tengo aquí! Seguramente cuando cargue esta lista de reproducción estaba deprimida o algo por el estilo, no puedo imaginarme estando con un tipo mientras pienso en otro. —seguía manteniendo su monologó interno y no pudo evitar sonreír mientras negabaen silencio al recordar que nunca había estado con un tipo y no porque no lo hubiese encontrado, sino porque no le había dado la gana,admitiendo que era bastante desconfiada y la vida le había dado razones para seguirlo siendo.

Esta canción es casi un clásico pero me encanta.—se decía mientras disfrutaba de la voz de John Bon Jovi entonándole, It's my life.

El hombre al lado de Steph terminó por quedarse dormido al ver que ella lo ignoraba sumida en su música, mientras la chica admiraba el oscuro paisaje. Stefani Joanne Angelina Germanotta, de cabellera rubia tintado y ojos enigmáticos, con un color extraordinario que no lograba definirse fácilmente.

Era una chica sarcástica, la mayoría del tiempo, desconfiada y cerrada en muchos aspectos, muy pocos conocían el pasado que quería borrar, era debido a eso que no confiaba en los hombres, aunque le había tocado analizarlos para poder obtener lo que deseaba y prevalecer. Sabía exactamente como dominarlos, a más de uno hizo poner de rodillas y que le suplicara al menos pasar una noche con ella, pero su rechazó era más fuerte que cualquier suplica.

Se le veía llorar muy pocas veces y esta ninguna fue a consecuencia del género masculino, algunas por impotencia, otras por melancolía o por dificultades para cumplir sus sueños, pero nunca más lo haría por un hombre, la última vez que lo hizo fue antes de caminar por varios días y llegar a Las Vegas.

Aunque si lloró más de una vez por hombres, lo hizo por Gerry cuando muere en P.S. I Love You o por Noah mientras intentaba recuperar a su amor en The Notebook, también con Will Keane en Autumn in New York, aunque no anhelaba casarse, ni tener una relación, como toda mujer le gustaban las historia de amor, se emocionaba y sufría con ellas, pero no para vivirlas en carne propia.

Dulces y suaves mentiras {BrunoGaga}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora