Capítulo 3

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—¿Apolo? ¿Te refieres al Apolo de la mitología griega? ¿El dios de la belleza y de los animales y creo que también de la música?— pregunté plasmada.

—Exacto— dijo acercándose a mí.

—¿Qué hace alguien como usted aquí?— pregunté.

—No son necesarias las formalidades, mi querida Eva— dijo Apolo— solo vengo aquí para pedirte tu mano en matrimonio— dijo tomando mis manos en las suyas.

—No lo sé, todo esto es tan repentino— dije— acabo de escapar de un hombre que me ha pedido matrimonio, estoy con mi amado y ahora me pides matrimonio tú, no lo sé, en verdad no sé qué hacer.

—Piensa en vivir en el Olimpo, comiendo ambrosía y tomando néctar— dijo.

—También están los mitos sobre ti, has tenido muchos amantes, hombres y mujeres, no sé si aceptar.

—No tienes que hacer la decisión ahora, cuando la hagas llama mi nombre tres veces y yo apareceré— dijo Apolo tocando mi mejilla— pero cuando digas tú decisión, debe ser final, porque cuando me la digas no aceptaré arrepentimientos— dijo y luego sacó un collar de la nada, sus hilos eran de oro y sus joyas eran rubíes— quédatelo, te ves bien con él.

—Gracias— después de decir esto, el dios acercó su cara a la mía, me abrazó para que no me escape y plantó un beso en mis labios. Después de hacer esto, se alejó y desapareció de la misma forma que llegó hasta aquí.

De repente escuché una voz detrás de mí.

—¿Tenías problemas en dormir en un sillón?— preguntó Nella detrás mío.

—Sí, sí— dije al mismo tiempo que me daba cuenta de algo, ella no había notado mi nuevo collar— ¿No notas nada diferente en mí?— le pregunté.

—No, ¿Qué sería?— preguntó la joven confundida.

—Nada, olvídalo— si ella no podía verlo, entonces todo era una fantasía ¿Verdad?

Pero miré a mi cuello y pude observar que el collar seguía allí, fue entonces cuando escuché a una voz en mi cabeza diciéndome "Solo lo ven las personas que creen". Eso me aclaró todas mis dudas y le di las gracias al dios en silencio.

Regresé a la cabaña, Nella regresó a su habitación junto con su hermana y yo me dirigí al sillón donde estaba David. Para mi mala suerte, él seguía despierto.

—¿Te pasó algo allá afuera?— dijo asustándome, fue por esto que salté un poco, él se rió.

—No, nada— mentí— me asustaste— dije ofreciéndole una sonrisa, él se rió aún más.

—Sabes, no me río porque saltaste al verme despierto, sino por la peor mentirosa que eres cuando claramente tienes un collar nuevo, y caro, puedo ver.

—¿Lo ves?— pregunté sorprendida— ¿Crees en los dioses griegos?

—Así que eso es lo que te pasó allá afuera, te encontraste con uno de esos dioses— dijo David— y sí, sí creo— dijo— ahora mi pregunta es ¿Con quien? Y ¿Qué te dijo?, o mejor dicho ¿Qué te ofreció?

Tenía que mentir, no podía decirle la verdad, tenía que hacerlo, no importaba lo mucho que doliera, tenía que hacerlo.

—Me encontré con el dios Pluto, el dios de la riqueza— empecé a mentir— me ofreció este collar por una de mis flechas, era un trato extraño, pero valía la pena, así que lo acepté y ahora tengo este collar.

—Ya veo, me alegro que no sea otra cosa— dijo mi amado.

"Nuestro secreto sigue siéndolo, Apolo" dije en mi cabeza. Raramente él me contestó, también como una voz en mi cabeza "Lo sé, gracias".

Me fui a dormir en los brazos de David, ya no me sentía tan cómoda como solía hacerlo, ahora que tenía la opción de vivir en el Olimpo, ya no era tan cómodo vivir en el mundo mortal.

A la mañana siguiente, me desperté por alguien moviéndome el hombro, era Antonella.

—Tienes que irte ya— me susurró— David desapareció anoche, yo lo seguí, se dirigió a tu pueblo, él le ofreció al rey Nathaniel II saber dónde te encontrabas por no ser apresado, el rey aceptó y dijo que en la mañana te vendrían a buscar, debes irte ¡Ahora!

—Gracias, dale las gracias a toda tu familia por la hospitalidad— dije y luego agarré mi espada, mi carcaj y mi arco.

Me apresuré en alejarme. Tenía que salir de allí, no quería casarme con Nathaniel, lo odiaba.

Pero había una cosa que me dolía bastante, era que David me había dado por su propia libertad, pensando en esto, no pude evitar que una lágrima saliera de mis ojos y se deslizara por mis mejillas.

Lamentablemente bajé demasiado la guardia y no me di cuenta que personas que estaban siguiendo. Me di vuelta y pude encontrar al rey en su caballo. Empecé a correr pero sus guardias me impidieron el paso.

—Al fin encontré a mi prometida, todo gracias a tu ex novio, ¿Cómo se llamaba? A sí, David— dijo riéndose— ahora sube a mi caballo.

—No voy a dejar que esto termine así— le dije.

—¿Enserio? Porque para mí este ya es el final de tu pequeño viaje.

—No asegures nada—dije y luego me dirigí y me subí lo más rápido posible a un árbol.

Luego empecé a saltar árbol en árbol, corriendo de aquel malcriado. Escuchaba a los caballos siguiéndome, pero yo era más rápida y en poco tiempo los perdí.

Luego de esperar un tiempo, comprobando de que no había nadie, bajé del árbol y empecé a caminar lentamente, recuperándome de todo el esfuerzo que había hecho.

Fue entonces cuando sentí una voz conocida detrás de mí.

—¿Eva? Pensé que los guardias te habían atrapado— me di vuelta y pude ver a David allí.

—No quiero hablar contigo, traidor— dije mostrando mi enojo.

—Vamos, solo unas palabras.

Yo me negaba a hablar, cuando él me empujó hacia si y me besó. Era extraño, no era como él, nada de lo que había hecho desde anoche era como él.

De repente unos gemidos llegaron hacia mis oídos, yo corrí hasta ellos y pude encontrar a una persona bajo unas hojas, pero no era cualquier persona, era David Jefferson.

Una vez más lo lamento por el atraso, planeamos sacar un capítulo semanal mente, pero todo depende de mi querida amiga Snow.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Abrazos. Ciao S2.

¿Aceptar el destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora