Capitulo II

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-Por favor ____, tienes que venir. Nunca sales a ningún lado, eres tan anti social– Me insistía Abby

-No iré y…no lo soy es solo que no me gustan las fiestas-

-Es una fiesta de los chicos de fin de curso ¿Entiendes? Todos los de cuarto año quisieran estar invitadas, y nos tocó a nosotras. Aprovechémoslo.

-¿Nos tocó a nosotras? ¿Es enserio? Te invitaron a ti Abby. – Cerré mi casillero y comencé a caminar hacia fuera de la preparatoria.

-Taylor dijo que podías ir, por favor, por favor no me puedes decir que no, no iré sin ti. Y no vas a querer que tu mejor amiga se pierda una de las mejores fiestas. –Me hizo una carita de perro mojado.

-No me eches la culpa, vas con Taylor, te divertirá. Aparte, oí que tienes que tener pareja para ir, y ¿adivina qué? –Hable como si estuviera hablando con un nene de cinco años- Yo no la tengo.

-De eso ya me encargue. Hay un chico nuevo, entro de intercambio hace tres o cuatro días a la preparatoria, su nombre es Justin y es Canadiense. Taylor dijo que quiere integrarlo y quería que fuera a la fiesta. Entonces pensé “Oh, _____ no tiene pareja, él tampoco la tiene” Y todo se resolvió en mi cabeza. Taylor ya hablo con él. No me fallaras a mi sino también a él. Piénsalo. –Hablo tan rápido que me sentía algo perdida, y me costó entender bien lo que había tratado de decir.

-¿Me arreglaste una cita? Mierda Abby, no puedo creer que lo hayas vuelto a hacer. Y ¿QUIERES YA DEJAR DE JUGAR CON MI CULPA? – Dije enojada.

-Vamos, te encantan los Canadienses. Prometo que esta vez saldrá bien. No se por qué pero la culpa es tu lado débil y tengo que aprovechar que tienes uno, ¿no? – Si tan solo supiera porque, seguro se alejaría de mí. ¿No se da cuenta que soy mucho más frágil de lo que ve?

Suspire –Bien, pero no lo hago por ti. Lo voy a hacer por el chico, porque se lo que se siente ser nueva aho…-No termine de hablar que Abby ya estaba abrazándome-

-Gracias, sabía que vendrías. A las ocho te espero en mi casa, y arréglate.- Me dio un beso en la mejilla y se fue.

Colgué la mochila a mi hombro y comencé a caminar hacia mi casa.

A veces pienso que vivo esforzándome por no decepcionar a la gente pero yo no importo ¿verdad? “Claro que no importas” me dice mi subconsciente, y no se equivoca. Yo no importo, a nadie.

-______- Un grito me saco de mis pensamientos- Olvide contarte algo MUY importante.- Dijo Abby.

-¿No me lo podías decir mañana, o hoy en la noche? – Pregunte

-No, es algo importante para mí y necesito un consejo. Tu sabes, eres buena en eso.

-Claro, dime –

-Es que, es difícil. ¿Recuerdas a Eliot, el amigo de mi hermano? – Asentí con la cabeza para que prosiga –Se quedó a dormir anoche en casa, y bueno nosotros nos besamos y casi tuvimos sexo- Dijo y agacho su cabeza.

- Dime que no significo nada para ti, y esto solo quedara entre nosotras. Si fue por lo contrario deberías hablarlo con Taylor y terminar lo de ustedes ahora-  Es tan irónico dar consejos cuando yo no puedo con mis propios problemas

-No significo nada para mí, absolutamente nada.-

-Entonces, puedes confiar en que yo no se lo diré-

-Gracias.- Me dio un abrazo y se fue.

A veces siento que ella confía demasiado en mí, y sé que me quiere pero yo no puedo confiar en ella. Ni en ella, ni en nadie…

“¿Qué te quiere? ¿En realidad crees que te quiere? A ti no te quiere nadie, eres un monstro”- Nuevamente habla esa voz en mi cabeza, atormentándome.

-Mierda, ya basta- Dije en voz alta, comencé a caminar más rápido, eran trece cuadras las que me separaban de mi casa, y las caminaba cada día…

“¿Por qué no corres? Tal vez bajas algo de peso, gorda” –

Empecé a correr, las lágrimas ya estaban quemando mis ojos.

“¿Vas a llorar? ¿Otra vez? Parece que es lo único que sabes hacer” –

Deje de correr, estaba agotada. Mi casa estaba a solo una cuadra así que comencé a caminar lento… Intentando vaciar mi mente, dejarla en blanco. Pero mis pensamientos siempre terminan ganando y me van destruyendo de a poco.

Cuando llegue mi casa la puerta estaba abierta, algo que me sorprendió porque mi padre no tendría que estar en casa. Saque unas tijeras de mi mochila y entre con cuidado. Se oían ruidos en el living. 

-Mierda- maldije, estaba realmente asustada. Pero cuando entre… Cuando entre vi algo que me lleno de asco, rabia, y asco nuevamente. Estaba el, mi padre, revolcándose con una puta en el sillón.

Salí de allí y corrí hacia mi habitación, prendí la música y subí el volumen al máximo. Me recosté en la cama y hundí mi cabeza en la almohada. Aquí estoy acostada, viendo como mi vida se va a la mierda. 

Help me (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora