Diez

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Pasaron los días. Se me resecó la pluma de tanto escribir varias veces. Pero el cuervo me seguía dando sus plumas negras. Hoy me fijé en que el cuervo tenía una calva, era negra al igual que sus plumas. Le acaricié la cabeza.
Creo que le vi llorar.

Gracia: La pluma negra| #NeónAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora