II

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A la hora del almuerzo salí del instituto rumbo a una cafetería para despejarme un poco. Se suponía que estaba prohibido, pero yo lo hacía todos los días.

La cafetería a la que solía ir estaba enfrente de la entrada del colegio y podía ver perfectamente a la gente. Aquel día no vi a la chica del pelo rosa. Me preguntaba donde estaría.

-¿Lo de siempre?- Me preguntó Chloe, una joven australiana que trabajaba allí. Siempre me preguntaba lo mismo y alguna que otra vez me contaba cosas que le estaban pasando.

-Sí, gracias.- Me sonrió cerrando sus preciosos ojos azules y se marchó.

Miré el móvil. Ninguna notificación, como siempre. Pensaba llamar a mi padre por si podía venir a recogerme e inventarme cualquier excusa barata para faltar a clase pero en lo que llevaba de mes ya había faltado varios días así que decidí mejor no hacerlo.

A lo lejos vi a Chloe con una taza de café con leche en una bandeja.

-¿Hoy tampoco quieres nada de comer preciosa?- Me dijo mientras colocaba en la mesa la taza.

-No, gracias.- Le agradecí con una media sonrisa.- Así está bien.

-¿Qué te pasa? ¿Hoy estás más triste que de costumbre.- No pude evitar echar una leve risa.

-Estoy bien. No te preocupes.- Se sentó y me miró seria. No pude evitar hablar.- Es que, yo aquí... No se, yo aquí no encajo.

-¿Aquí?- Me miró extrañada.

-Sí... Bueno, no aquí en esta ciudad, digo aquí... en la tierra. No sé. No estoy bien.

-Cariño, se que es duro, pero ya verás como poco a poco encontrarás tu sitio aquí.- Se apartó el flequillo rubio.- ¿Sabes? me recuerdas a mí cuando era una adoles- adoles... ¿cente?- Asentí.- Lo siento, ya sabes que aún no tengo esta lengua dominada. El caso es que no quiero que estés mal, ya sabes que yo estoy aquí para lo que sea.

-Lo se Chloe, gracias, de verdad.- Le dije y bebí un sorbo. Un hombre trajeado entró en el local y ella se despidió para ir a atenderle.

Miré por la cristalera. Los alumnos ya estaban entrando en el edificio y por unos segundos sentí la necesidad de ir a clase para así ver a la joven que se sentaba delante mía en clase.

La chica del pelo rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora