One Shot

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Noviembre

París, Francia

Los días lluviosos por fin habían llegado, después de un intenso verano bastante caluroso. Hongbin tenía la misma rutina desde hacía ya un año, trabajando en lo que más le gustaba, estaba más que fascinado por poder tener la oportunidad de dedicarse a la fotografía.

Aunque el tener que tomar la decisión de trasladarse a un lugar tan lejos de su familia y de su país natal, aún lo hacía dudar pero solo un poco. Había estudiado francés desde que supo que la Université Paris 6 Pierre and Marie Curie, había abierto un curso de fotografía, impartido por verdaderos profesionales.

Todos los días caminaba por las mismas calles para poder llegar al estudio fotográfico de Declan McCullagh, uno de los mejores y más famosos fotógrafos de la nueva era. Hongbin trabajaba como aprendiz, y aunque sus encargos eran escasos por no decir inexistentes, el tener la oportunidad de estar detrás de un lente lo hacía sentirse muy agradecido con la vida por eso.

* * *

Caminando pegado a las paredes, tratando de cubrirse con los escaparates de las tiendas a su alrededor, decidió entrar a una tienda de conveniencia para comprar un paraguas. Cualquiera diría que en vez de gastar su dinero en un paraguas, podría tomar ese mismo dinero y conseguir un taxi para llegar más rápido a su destino, pero para su desgracia la mayoría a los que les había pedido el servicio o no iban por su rumbo o ni siquiera se molestaban en detenerse.

El sonido de la campanilla de entrada alertó al tendero, Hongbin se sacudió algunas gotas que se había colado entre sus cabellos y su abrigo, saludando al encargado.

— Buenas Tardes... disculpe señor ¿vende de casualidad paraguas? — dijo con un perfecto francés.

— Si vendemos, pero solo me queda este de color...

— Rosa — dijo terminando la oración observando el paraguas en cuestión.

Hongbin miró su salvación en las manos del tendero, y dudó por un segundo. Tal vez debido a que, bueno el color de un paraguas no tendría por qué importarle, pero el color rosa fosforescente de aquel paraguas decía a gritos "mírame".

— Bueno, creo que no me queda otra opción... ¿Cuánto es? — dijo resignado al ver por un momento hacía la calle y notar que de hecho llovía aún con mayor fuerza.

— Dos euros.

— Aquí tiene — dijo sacando su cartera y extendiéndole el dinero al dueño de la tienda.

* * *

SangHyuk, tenía apenas dos meses de haber llegado desde Corea del Sur a París, tener un excelente registro académico le había valido poder entrar en un intercambio escolar. Y desde ese día se había enamorado de la ciudad del amor.

Le gustaba recorrer de vez en cuando las hermosas calles empedradas, o tomar un café negro teniendo como vista a la Torre Eiffel. Pero su actividad favorita era por mucho, pasar por donde todos los días se encontraba a un chico que le provocaba gran curiosidad.

Quizás porque aquel chico también era asiático, y aunque París estaba totalmente inundada de personas de otros lugares, aquel chico al menos para Hyuk era digno de ver. Todos los días sin falta lo veía a la misma hora, e incluso llegó a odiar los fines de semana porque eran los días que no asistía a la escuela y no podía verlo. 

Hyuk suponía que por su aspecto lo más seguro era que fuera mayor que él, pero eso no le impedía verlo cuando por las circunstancias de la vida, él muchacho en cuestión tenía que pasar por donde Hyuk tomaba el autobús que lo trasladaba a su universidad.

El paraguas rosa [HYUKBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora