Capítulo 19

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Demetri se incorporó lentamente, cuidando no moverse mucho, escuché de nuevo el estruendo de un relámpago y bajaron los demás, David se los llevó a parte para explicarles antes de que atacaran mientras yo observaba a Demetri, quien tenía la mirada fija en el suelo, como avergonzado. Escuhé respingos, suspiros y susurros de desaprovación a mi espalda, sentí como Demetri se encogía de pena, lo ayudé a que se sentara y después los chicos se reunieron con nosotros, todos se veían normales, sus pensamientos eran positivos, a excepción de los de Samantha, quien me miraba con completa negación y sorpresa

-Lamento ser una molestia en estos momentos-dijo Demetri casi susurrando-prometo retirarme cuando me sienta menos débil

-No te irás-dijeron Matt y Lucern al mismo tiempo-Quédate hasta que tus heridas cierren bien, pero debes contarnos que sucedió con los Scuros-completó Matt

-Pues, era un día como cualquiera, disfrutaba de la oscuridad que se acercaba con las enormes nubes, pensando en que podría disfrutarlo si Frost no nos tuviera bajo llave. Por un momento pensé que si solicitaba permiso para salir un rato a despejarme, no habría problema, pero fue todo lo contrario-hizo una pausa y se acomodó en el sillón- Fui a la sala principal, donde se encontraba él, leyendo de nuevo para encontrar una poción que lo hiciera inmune a los rayos del sol, me acerqué a preguntarle y estalló, gritandome que yo era un mal agradecido y blah blah-dijo apretando los puños-me harté y lo lancé fuera de su trono, comenzamos a pelear y el atravezó su espada en mi cuerpo, los demás se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo y pusieron un conjuro para desterrarme, no tengo permitido acercarme, moriría en el intento-suspiró, durante toda la historia, miré a los demás de reojo para observar sus expresiones, sus pensamientos eran positivos, incluso lo veían como una ventaja en la batalla. Demetri sacudió su cabello rubio platinado, la tensión se iba relajando, me sentí un poco mareada y tuve otra visión: vampiros, hombres y mujeres venían a encontrarse con nosotros, aparentemente Lucern ya los había llamado

-Tendremos visitas en poco tiempo-dije mientras me dirigía a la ventana, el cielo parecía haberse oscurecido a un más. Después de unos 10 minutos, comenzaron a llegar los vampiros, la mayoría ya los conocía o los había visto en el instituto. Observaban a Demetri con curiosidad, pero no atacaban. Cuando el salón estaba casi lleno, Samantha explotó, se levantó furiosa de su asiento y salió a la lluvia. Miré a Matt y a David en busca de respuestas

-Síguela, nos encargaremos de explicarles la situación y el por qué Demetri está aquí-sonreí agradecida y salí detrás de Samantha, sin la precaución de ponerme algo con que protejerme de la lluvia, que a los segundos de haber salido, ya me había empapado. Todavía había un pequeño rastro de su olor, se había dirigido a la ciudad, comencé a correr en la misma dirección, extrañamente entró al supermercado al que había ido hace un tiempo. Comencé a buscarla con la mirada, pero sólo me encontré la desagradable sorpresa de que una chica que estaba en mi antigua escuela estaba aquí, ella copiaba todo lo que hacía, hasta mi forma de vestir y de peinarme, <<Nada más le faltaba copiarme ésto>>pensé, en su mente vi todo, su mudanza, el Instituto al que iba...Samatha pasó detrás de ella, la tomó por el pelo ignorando el hecho de que la estaban viendo y se dirigió a la puerta trasera del edificio, salí rápidamente y llegué al pequeño callejón, la tenía acorralada contra la pared, rasgó completamente su pecho y con los colmillos destrozó su garganta, sacudí mi cabeza y tomé a Samantha de ambas manos, con la mano que me quedó libre, le di una cachetada, esperando a que reaccionara, pero sólo empeoró, hechó a correr hacia la playa, refunfuñé, tomé el cuerpo de la chica, estaba muy grave, pero ni idea de cómo, seguía viva. Manipulé la mente de un chico que pasaba para que la llevara al hospital y digera que la había atacado un animal. Corrí a la playa, al llegar vi a Sam detrás de unas rocas, lista para matar a los hombres que estaban en el muelle, me lancé sobre ella y la acorralé contra la enorme piedra, sus ojos eran verde esmeralda y el resto rojos, como los de un hombre lobo antes de transformarse. La mordí para dejarla inconsiente, corrí de regreso a la casa, donde había un ambiente tranquilo hasta que entré. Todos me miraban curiosos en lugar de ayudarme, menos Demetri, que se acercó lentamente, puso sus manos sobre los párpados de Sam y cerró los suyos. Sam se estremeció en mis brazos, se puso más fría de lo normal

Shooting the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora