Sesenta y cinco.

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Querido Diario...

Hace meses que no escribo pero es que han pasado tantas cosas que no logro creerlas aún.

La abuela falleció hace un mes, era su cumpleaños, había ahorrado dinero para comprarle un pastel y lo hice, se lo compré, lo único que puedo decir es que no despertó.

Mamá y papá están a punto de separarse.

Papá tuvo una amante y al parecer aún se comunica con ella.

Mamá lloraba por él cada noche, la podía escuchar desde mi habitación; papá llegaba borracho al día siguiente, le pegaba a mamá... Y mamá lo sigue queriendo.

Muy pocas veces veo a papá bien, y con "bien" me refiero a verlo sentado, en su estudio trabajando y concentrado en los muchos números que utiliza.

Quizás mi vida no estaba tan mal como ahora, aun que no sé a que le puedo llamar "mal" o "bien".

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