Cincuenta y nueve

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Querido Diario...
Cuando ibamos de regreso le conté a mamá sobre el diario que estaba escribiendo, le dije que era el diario que papá me habia regalado en mi cumpleaños, eso le quito el animo, creí que habia arruinado el día.
Nos quedamos calladas por un rato hasta que cambio de tema, siempre me gustó su optimismo.
Al llegar a casa (o lo que ahora se habia convertido en nuestra casa) no vimos a mi abuela, en ese momento nos preocupamos pues al final del comedor había un hombre, cuando lo reconocí me quedé sin palabras, éra papá.

Querido diario....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora