Melissa
Arrugue y rompí la carta entre mis manos, camine con apuro hasta el primer bote de basura y deseche la carta con enojo, quien quiera que fuese el idiota amigo de mi hermano que me mandaba esas notas quedaba claro que solo quería fastidiarme.
—¿Otra vez esas cartas?— Elen se acercó hacia mi con cuadernos en mano, nos encontrábamos en cambio de periodo y todos iban por sus respectivos cuadernos
—Si y esta vez hasta te mencionan a ti
—¿a mi?— mi rubia amiga sonrió complacida —¿me conocen? ¡que honor!— no sabia que tanto bullicio con esos idiotas, no eran mas que deportistas descerebrados que con suerte pasaban los cursos y si, con eso también incluyo a mi hermano
—ni creas, odio a esos idiotas—
—y hablando de los reyes de roma— Elen se acomodo el cabello y plancho su ropa con sus manos, no era de extrañarse que todas las chicas del instituto babearan por ellos.
1. Eran del equipo de fútbol liderados por mi hermano
2. Eran de ultimo año de carrera.
3. Eran endemoniadamente sexis y atléticos.
Todos pasaron con sus camisas de fotbal riendo y bromeando como siempre. Las personas se hacían a un lado para dejarles pasar, eran una clase de "chicos populares".
—Vamos Elen aun debo llegar temprano a la clase de ....
Mi hermano empujo amistosamente a uno de sus amigos mejor conocido como "Jason" este pareció enredarse con sus grandes y torpes pies cayendo frente a mi apoyándose con sus manos sobre la pared para no caer.
Mi mochila había caído de mi hombro por el impacto, el grande y fuerte amigo de mi hermano me tenia acorralada entre sus enormes brazos.
Por primera vez sentí el peso de la diferencia de edades entre nosotros, la mayoría de ellos tenían 18 años y yo apenas iba por los 15 y medio. El gran cuerpo sudado de Jason hizo que mis hormonas se descontrolaran, mi corazón comenzó a palpitar con fuerza al sentir sus penetrantes ojos azules sobre los míos, era realmente grande, fuerte y guapo.
Me envió una sonrisa coqueta mostrando su perfecta dentadura, parecía que la situación le causaba gracia. Agradecí internamente el jalón que le dieron desde atrás, obligandolo a separarse de mi. Mi hermano lo mantenía sostenido atrás de su camisa con fuerza, él solamente se encogió de hombros y siguieron su camino.
Mi hermano me escudriño con la mirada y frunció el ceño ¿Qué cara abre puesto? ¡Dios! Solo sabia que ardía en ese mismo momento.
Elen se acercó a mi para ir a nuestra siguiente clase, yo la seguí sin apartar mis pensamientos de aquellos penetrantes ojos azules
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¡Hey Mocosa!
Cerita Pendek¿Quien de todos los idiotas amigos de mi hermano me envia cartas? ¡Di no al plagio!