"Vuela, sigue tú camino. Ahora eres tierra, mar y aire, no tienes fin.
Cuídanos desde allí."
Creo que debo decirlo sin demasiados rodeos: te echo de menos, ahora mas que nunca.
Se que debo seguir adelante y continuar con mi vida, y no quedarme estancada por la tristeza de tu ida, pero a veces no puedo evitarlo.
Es difícil, es como estar viviendo una realidad diferente en la que tú no estás, y no estarás, al menos físicamente. Sigues siendo la primera persona en la que pienso cuando algo bueno me pasa, cuando quiero hablar, cuando necesito un consejo. Pero ahora no puedo hacer más que hablarte en mis sueños o hablarte desde el corazón. Aunque sé que me escuchas, que estás ahí conmigo, no puedo negar que extraño esos abrazos reconfortantes y escuchar tu voz sabia y serena. Extraño esas conversaciones y esos instantes divertidos que solíamos compartir.Sé que me faltó tiempo para disfrutar de tu compañía y a veces me arrepiento de no haber disfrutado más, pero nadie sabe cuando los que más quiere tomarán un camino diferente y creo que debo conservar los recuerdos que sí puedo atesorar, porque eso es lo que siempre decías que debía hacer. Y ahora lo entiendo, aunque cueste.
Es raro estar aquí y vivir todo sin que estés. Es extraño tener una Navidad en la que no me desees felicidad y un Año Nuevo en el que no estés para darme los buenos deseos. Es extraño llegar a tu casa y no verte ahí sonriéndome como solías hacerlo. Es como vivir un mundo alterno, casi como una pesadilla, pero sé que sigues ahí, cuidándome y guiando mis pasos, tal como siempre lo hiciste. Pero tú, sin duda, eres único, porque a pesar de la distancia, de no poder verte ni escucharte, sí te haces notar en cada cosa buena que me sucede, en cada logro y en cada momento de fortaleza. Porque tú fuiste quien me enseño y quien aconsejo en cada momento.
Desde aquí te dedico todos mis triunfos y encuentro la paz en todas mis derrotas, pues sé que, aunque no sea físicamente, sí estás ahí para reconfortarme y darme fuerzas cada vez que las necesite. Y, aún así, puedo escuchar tu voz serena cuando llegan a mi mente todos esos consejos sabios que me dabas y que me hacen ver el mundo de una forma que quizá no había notado antes.
Debo agradecerte por cada momento increíble, por cada abrazo reconfortante, por cada sonrisa inspiradora. Por ser siempre esa persona solidaria y hermosa que era y es mi ejemplo a seguir. Porque intento seguir tus pasos, intento seguir luchando sin verte aquí, intento convencerme a mí misma de que debo continuar con mi camino y con mis sueños, pues es lo que habrías querido para mí.
Desde que no estás me sobra todo lo que tengo, y me falta amor por los cuatro puntos cardinales. De igual manera que me sobran las manos cuando no estás y tengo demasiados latidos para tan poco pecho.
Me sobra hasta el silencio.
Cielo, desde que estás tú, lo único que me falta es la muerte.
Y no la echo de menos.Él era imperfecto, como tú. Tenía defectos, cometía errores. Y no siempre tomaba las mejores decisiones.
Estaba lleno de manías, de costumbres, de miedos.
Era imperfecto, y por eso era consciente de que algun dia dejaría de estar aqui.
Dejaria de estar aqui sentado.
Dejaria de estar aqui para apoyarme, sonreirme, aconsejarme y ayudsrme cuando más lo necesite...Y de repente dejo de estar aqui, dejo de estar a mi lado sin sus manias,
sin sus costumbres,
sin sus imperfecciones
y sin sus miedos.
Pero jamas dejara de ser.
Siempre sera mientras yo te guarde y proteja en mi corazón y mente. Eterno.
Vivo.
Perfecto.
Y como me prometiste más de una vez: "que solo dejarias de estar a mi lado para ser parte de mi"