Capítulo 4

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Si, familia White.- Dijo mi hermano, mirando a mi madre con cara de miedo esperando que la voz de mi padre se hiciera presente.

Buenos días, soy el oficial de policía Jonton. Quería avisarles de que el señor White Stephen a tenido un aciden...- Vi como la cara de mi hermano cambiaba de expresión, hasta el punto de ponerse a llorar.- Por ahora el señor White está vivo y lo están trasladando al hospital del centro de la ciudad, exactamente al Hospital Manos de Santo.- mi hermano soltó el teléfono sin decir nada.

En ese momento mi madre reacciono y cogió el teléfono para seguir hablando, mientras mi hermano se sentaba en el sofá del salón.

Que paso que te dijeron, quien era. Dime algo.- grite casi en su oído.

Era papá el del accidente, pero él es el que ha sobrevivido, está de camino al Hospital Manos de Santo. Yo... yo, no puedo perderlo, no a él.- dijo con las lágrimas amenazando por salir, no sabía qué hacer, yo solo quería llorar.

Chicos voy al hospital, vienen?- dijo mi madre poniéndose el abrigo y cogiendo las llaves. Los dos nos levantamos y cogimos nuestras cosas y dinero. En menos de una semana mi madre ya había estado en ese hospital de veces con el miedo de perder a algún ser querido.

Vamos en mi coche, está aparcado fuera. Conduciré yo para llegar antes.- escuche decir a mi hermano, esperaba la contestación de mi madre diciendo que no porque él era un loco salvaje que conducía a demasiada velocidad, pero no, mi madre solo asintió.

Cuando estábamos en el coche la tensión se podía palpar, ninguno queríamos perder a alguien tan cercano a nosotros y menos de esa manera. Mi padre solía decirnos a mi hermano y a mí cuando éramos pequeños que él quería morir de viejo en una silla y feliz por haber visto a sus hijos triunfar en la vida, que quería morir con la ilusión de que tuviésemos hijos y fuésemos felices, pero ahora esa idea se borraba de mi mente a cada kilometro que el coche recorría.

Cuando llegamos había mucho alboroto al parecer habían llevado a todas las personas del accidente a ese mismo hospital, mi madre fue a junto la mujer que estaba en recepción y en ese momento las lagrimas empezaron a salir por mis ojos sin yo pedirlo.

Ey, no llores pequeña, todo saldrá bien ya verás.- Me dijo mi hermano abrazándome. Con mis brazos rodee su cintura mientras sentía como sus manos acariciaban mi cabeza.- Todo estará bien.- Siguió repitiendo como un loro.

Una señora mayor se acerco a nosotros y me tendió un pañuelo para que secara mis lágrimas. Cogí el pañuelo y seque mis lagrimas en ese momento apareció mi madre y la señora se fue sin darme tiempo a decirle gracias.

Al parecer vuestro padre acaba de entrar a quirófano y hasta dentro de 3 horas no creen que vaya a salir. Si queréis podéis ir a casa a esperar allí.- Justo cuando mi madre iba a seguir hablando el altavoz sonó llamando a algún doctor el cual ni me moleste en oír cual sería su nombre.- Bueno yo me quedare aquí esperando por si acaso necesitan algunos datos. Mañana vendréis así que id a casa dormir tranquilos y mañana venís.

Solo asentí y me separe de mi hermano que seguía abrazándome.

Al llegar recogí la cocina y me fui para cama, con todo lo que había pasado pensé que sería difícil conciliar el sueño pero, pronto me quede dormida.

Me desperté un poco antes q el despertador, mi cabeza volvía a retumbar necesitaba una pastilla pero, como me paso la última vez mi madre no está para decirme cual tomar y cada vez siento más dolor.

Baje las escaleras y vi como mi hermano estaba a punto de salir por la puerta.

Se dio la vuelta y me dio un beso en la frente.- Pasare a recogerte a las 2:30 espérame fuera, tu amiga Jay está en la cocina preparándote el desayuno ten cuidado y no te preocupes, cabezona.- Esa última palabra la dijo con una sonrisa picara que me recordaba cuando era pequeño y hacia algo malo.

Adiós, cabezón.- Dije sin mirarlo mientras cerraba la puerta.

Pastillas para dormirWhere stories live. Discover now