trente deux

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Los padres de SeHyuk salen de la ciudad por asuntos del trabajo, y él y su hermana tienen casa sola. Así es como invita a todos sus amigos, HanSol incluido, a la fiesta que organizan aquella noche.

ByungJoo de milagro logra convencer a HanSol de asisitir. El mayor tiene nula experiencia en fiestas y teme no agradarle al grupo de su novio, a pesar de ya haber almorzado en la escuela varias veces con ellos.

Sin embargo, termina integrandóseles en el evento, que no es nada de lo que se imaginó, porque se limitan a jugar juegos de mesa, cartas con apuestas de no mas de 100 wones y verdad o reto, acompañados de latas de cerveza compradas por SeHyuk en la tienda de la esquina y platos de comida chatarra.

Cuando cae la noche, las amigas de la hermana de SeHyuk se retiran a casa, pero el chico le propone a los suyos quedarse a dormir. Todos están de acuerdo, incluso HanSol. La compañía de los muchachos es demasiado agradable como para resistirse, y pocas veces ha reído tanto en su vida.

Extienden sacos de dormir, cobertores y almohadas a lo largo de la sala de estar de manera que cada uno de los 13 tenga un sitio donde dormir.

HanSol y ByungJoo, debido a su tamaño, tienen chance de meterse juntos al mismo saco de dormir.

Las luces se apagan y las farolas de la calle alumbran tenuemente desde afuera la penumbra del salón. ByungJoo está demasiado cómodo entre los brazos de HanSol, pero no quiere dormir; solo quiere cerrar los ojos mientras recarga una mejilla contra su pecho y escucha los latidos de su corazón que asemejan aleteos de una mariposa.

Sabe que están rodeados de chicos, que no es el momento ni el lugar, pero aún dentro de aquel apretado saco, sus manos se cuelan bajo la camiseta blanca de HanSol y delinea con suave tacto la v de su pelvis, la circunferencia de su ombligo y las lineas perpendiculares y perfectas que forman su abdomen ligeramente marcado.

HanSol lanza suspiros y aprieta su agarre en torno a la cintura de ByungJoo. No lo detiene, no pronuncia palabra alguna. Quiere guardar silencio, para prolongar aquel momento lo más posible, aún cuando arriesgue demasiado, aún cuando ningún acto llegue a consumarse.

Eventualmente, el sueño puede más que ellos y ambos terminan dormidos en los brazos ajenos, con los corazones agitados y la ropa desacomodada.

kilroy was here。 ㅡhanjooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora