2 septiembre 2015
Ya queda poco para que se acabe el verano. Estoy triste porque me encanta quedar con mis amigos todos los días y quedarme hasta tarde en la calle; pero a la vez feliz porque dentro de nada empiezo el instituto. Estoy super impaciente por conocer a mis nuevos compañeros y amigos nuevos.
15:37 Hoy he quedado con mis amigos para bajar a la calle. También se vendrá mi prima pequeña Nadia.
18:30 -¡¡Ya estoy en el ascensor chicooos!!- les escribía por WhatsApp para avisarles de que ya acababa, aunque no estaba aún en el ascensor.
Hoy estuvimos Marcos, Nadia y yo haciendo una guerra de agua (mientras Noelia e Irene nos miraban riéndose), pero no con pistolas ni con globos de agua; pues no llevábamos suficiente dinero como para comprarlo, sino con nuestras botellas de agua. Dejábamos el tapón medio abierto y nos salpicábamos. Y cuando se hacía de noche, y encendían los aspersores para regar el césped, nos metíamos debajo y nos mojábamos. Al llegar a casa empapados, con las zapatillas caladas nuestras madres nos reñían y nos decían que si lo volvíamos a hacer no bajaríamos más. Pero lo seguíamos haciendo porque sabíamos que eso no era verdad.
Aquel verano fue el mejor de toda mi vida.
