Los primeros días que fui al instituto me resultaron bastante divertidos, pues no hacíamos gran cosa. Pero cada vez los días eran más largos y aburridos; clase tras clase, día tras día, semana tras semana... Pasaron los dos primeros meses y se me hicieron eternos. Parecían haber pasado años, sin exagerar, y además me di cuenta de que mi clase no era como yo esperaba, pues la mayoría eran todos unos gamberros (aunque bastante majos) y no dejaban dar clase a los profesores.
Aunque algunos de mis profesores eran bastante tontos la verdad. Mercedes la de inglés por ejemplo, que lo único que hacia era contarnos nuestra vida o Paca la de lengua que sólo sabía chillar y regañarnos continuamente. Hasta nos llegó a insultar... Pero también había profesores majos como mi tutor Roberto que nos daba sociales o Jesús, el de educación fisica que era muy gracioso. En fin, todo era un descontrol pero un día...
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