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-Vaya, vaya. Nuestro nuevo inquilino está aquí.

D.O contenía en su rostro una sonrisa afable dibujada a cincel. Vestía un traje negro y una corbata de el mismo tono. El pelo, castaño. Peinado con una raya a un lado. Sus extrañamente delicadas manos firmaron el papel que los enfermeros le entregaron.

-¿Podrían hacer el favor de dejarlo dentro, caballeros?

El par de tipos hicieron rodar la camilla hacia el interior de una sala y D.O cerró la puerta tras ellos. La sala estaba pintada por completo de blanco y como mobiliario, sólo se encontraba la camilla en que Baekhyun reposaba y una silla negra a unos dos metros y medio de la misma. Los sentidos de el pelinegro aún tardaban en responder correctamente. La vista se le nublaba, tenía frío y su cuerpo desprendía un fuerte aroma a muerte.

No salió de sus pensamientos hasta que la profunda voz de D.O irrumpió en la habitación.

-Byun Baekhyun; veinticinco años; asiático; cabello negro, corto; ojos marrones. O negativo. No pone algún tipo de alergia. Ningún objeto que declarar ¿cierto?

Baekhyun no hizo caso alguno de lo que el hombre le decía. Tenía las piernas dormidas y los brazos le punzaban con brusquedad. Sólo pudo notar el eco de las palabras de D.O rebotando en las paredes para luego perderse en el vacío de la habitación.

-Lo tomaré como un sí- dijo el chico mientras tomaba asiento en la silla negra. -tómatelo con calma, estás en la última parada.-

-¿Quién eres?

Cada palabra era como una lima raspando su garganta, era un logro poder siquiera formular una pregunta sin sentir que podría escupir su propio esófago.

-Soy D.O, un gusto conocerte.

Con gentileza, D.O le tendió la mano. Baekhyun la estrechó y la soltó rápidamente. D.O le hizo un gesto con la cabeza y Baekhyun lo siguió. Andaba demasiado rápido para él que no podía dar dos pasos sin tambalearse o buscar algún tipo de apoyo en la pared.

-Todavía no está lista tu habitación, pero te haremos un lugar en la sala de nuevas recepciones. Es un lugar cómodo. Es cuestión de tiempo. Ahora vamos a que te evalúe un psicólogo.

-No necesito que me evalúen. Estoy perfectamente.

Por fin se detuvieron frente a una puerta negra. Había un pequeño letrero que ponía "Dr. Kim JunMyeon". A Baekhyun se le revolvió el estómago.

-Así que estás bien ¿eh? Tienes mucho que explicar, me parece a mí. Trata de ser sincero. Si no es contigo mismo, al menos sé sincero con él. Cuando hayas terminado, vendré a buscarte.

Y se alejó caminando por el pasillo.

***

El despacho de el psicólogo era luminoso: Un ventanal inmenso dejaba entrar una luz que Baekhyun no reconocía como el tímido sol que brillaba en el cielo afuera. Parecía un día nublado. Un gran escritorio de madera le dio la bienvenida; sentado tras él, con las manos cruzadas y una media sonrisa bajo sus gafas, le esperaba el psicólogo. Un hombre tan apuesto como D.O, pero con un toque más maduro. JunMyeon le indicó que se sentase con un gesto de la mano y Baekhyun obedeció.

-Hábleme de los motivos que te han traído aquí- dijo sacando una libreta forrada con piel de uno de sus cajones y empezando a escribir en ella.

-¿Así... sin más? ¿No nos... presentamos?

JunMyeon lo miró con impaciencia.

-Para el propósito de la terapia, mi nombre es irrelevante. Y el suyo también. Me interesan los motivos que llevan a una mente enfermar hasta el grado de acabar aquí.

Infernorama; (SeBaek).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora