Baekhyun despertó diciéndose a sí mismo que no había despertado realmente. Porque no había estado dormido realmente. Porque no podía dormir. Salió de su habitación y recorrió a paso rápido el "desfile de la muerte" , aquel lugar realmente daba escalofríos: la oscuridad se tragaba las puertas y parecía dispuesta a tragárselo a él mismo.
Llegó al primer piso y dirigió inconscientemente la mirada hacia el despacho de JunMyeon. La puerta siempre estaba cerrada y detrás de ella nunca se escuchaba ni un solo ruido: era como si el psicólogo fuera un robot y se activase solo cada vez que la puerta se abría para recibir a alguien más. ¿Acaso había algo más extraño o bizarro en ese alarmantemente tranquilo lugar?
Baekhyun siguió bajando y, al llegar al pie de la escalera, se encontró con D.O, que estampaba un sello de tinta roja contra una pila de papeles usando movimientos mecánicos. Al percatarse de la presencia de Baekhyun, pausó su trabajo para dirigirle una sonrisa amable; igual a la primera vez que se habían conocido.
-¡Buenos días! ¿Cómo has pasado la noche?
-Ya lo sabes.
-Oh... Lamento que esta mañana tampoco estés de buen humor.
Baekhyun se había prometido no perder la noción de el tiempo estando allí, pero no había podido cumplir su promesa. Los días no transcurrían normalmente, las horas de luz y oscuridad no eran precisamente exactas. Algunos días duraban unas cuantas horas y otros duraban cuarenta. El cielo estaba de una manera distinta dependiendo de la ventana a la que te asomaras. Era imposible llevar una cuenta clara u ordenada del paso del tiempo. En vez de eso, Baekhyun concentró sus fuerzas en tratar de recordar algo. Se recostaba en el camastro y contemplaba durante lo que parecían horas sus largas cicatrices. A veces, creía ver partes de su vida, pero así como se presentaban se iban tras la bruma que su cerebro le imponía. Siempre alcanzaba su límite al tratar de recordar con más detalle el rostro de Chanyeol; ojos saltones, sonrisa encantadora, orejas... ¿muy grandes? A partir de allí todo era negro. Entonces se preguntaba si era normal que la muerte borrase los recuerdos.
-A veces olvidamos las cosas... hasta que estamos preparados para recordarlas- respondió D.O cuando se lo preguntó.
Aquella mañana, al sentir una brusca sensación de querer ver a Chanyeol de nuevo, una idea le pasó por la cabeza. Se apoyó en la mesa donde D.O sellaba varios papeles y, con un tono de voz muy bajo, le dijo:
-Quiero salir de aquí.
D.O levantó la mirada y sonrió. Dejo el sello por la paz y cruzó los dedos en un gesto que le recordó vagamente al psicólogo.
-Tiene que haber una forma de salir de aquí. Y necesito saberla.
-Te dije que pasarías aquí el resto del tiempo, son las reglas.
-Las reglas se hicieron para romperse. Tú llevas mucho tiempo aquí, vamos, dime cómo puedo salir de aquí.
El más bajo miró a ambos lados sin nerviosismo, hizo los papeles a un lado y se apoyó también en la mesa para incorporarse y poner su rostro a la altura de el de Baek.
-Supongo que si no hubiesen más habitaciones disponibles, no tendríamos más remedio que dejarte salir.
-¿Y cómo consigo eso?
-Verás, nadie lo ha intentado antes. Si consigues echar a un interno de su habitación... podrías quedártela. En los registros no aparecerá tu nombre, sino el suyo. Si vacías todas las habitaciones, tendríamos que realojar a los internos en habitaciones distintas; un caos. No es seguro, pero tal vez puedas salir de aquí... ¿Para qué querrías irte?
Baekhyun tomó algo de distancia y miró hacia otro lado. Incluso a él le parecía trivial su plan de largarse de ese lugar tan deprimente sólo para ver a alguien que no estaba seguro de si tan siquiera existía pero, en realidad, ¿Qué podría perder? Estaba muerto, se había suicidado. Los suicidas iban al infierno, eso seguro. ¿Había algo que peor que estar en el infierno?
-Eso es irrelevante para ti. Sólo dime como consigo salir.
D.O asintió y se echó a andar. Baekhyun lo siguió muy de cerca. Subieron al segundo piso y encararon el primer tramo de "el desfile de la muerte" . D.O se detuvo frente a la primera puerta y Baekhyun aguardó.
-Cuando expulsas a un interno de su habitación te quedas con ella y su plaza salta a la siguiente. Y así sucesivamente. Si echas al primero, tú te quedas con su habitación y él pasará al de el segundo. Por lo que el último se quedará sin hueco y pasará a la sala de invitados. Si echas al segundo, pasará a la del tercero; el último, a la de invitados; el de invitados a la primera y tú, a la segunda. Cundirá el caos por aquí. Si pasas por todas las habitaciones, tu expediente dirá que no hay lugar para ti, que no eres apto para este lugar y tendríamos que echarte.
-Funcionará: mover a todas las plazas, usurpar todas las habitaciones y que me expedienten por ello.
-Escucha, nadie quiere un problema y aquí lo quieren menos que nadie. Si pasas por todas las habitaciones hasta volver a la de invitados, te aseguro que te echarán de aquí. Lo que ocurra afuera... No puedo asegurártelo.
-¿Qué?
-Bueno, nunca se ha dado el caso... Pero cabe la posibilidad de que incluso hubiera que devolverte allá arriba.
Baekhyun sonrió con determinación. Aquello sonaba fácil.
-¿Cuántas habitaciones son?
-Seiscientas sesenta y seis.
-Claro.
-Yo no hago las reglas.
-¿Cómo entro en ellas? ¿Cómo echo a los dueños?
-Verás; dentro de cada habitación le damos espacio creativo al residente para desarrollar su mundo interior. Por eso tardamos tanto en asignar un numero y una habitación concreta: cada una es diferente, cada una es especial. Lo que puedas encontrarte dentro de cada habitación es un misterio hasta que entras en ella. Pero una cosa te aseguro: no estarás solo. Y no será nada divertido.
Baekhyun encaró a D.O.
-¿Y quién estará conmigo?
D.O sacó un manojo lleno de llaves plateadas e introdujo la primera en la cerradura. Dio un solo giro y la puerta se abrió sin un sonido. Solo la oscuridad que los rodeaba, solo el silencio que los acompañaba.
D.O respondió:
- Te encantará, es un tipo jodidamente irresistible, pero medio imbécil. No pongas demasiada confianza en él. Y cuida tu culo, niño bonito, podría terminar siendo propiedad de S.
Baekhyun se sorprendió por el cambio repentino en la conducta de D.O, se preguntó si, tal vez aquel "S." ameritaba una que otra majadería de por medio cada vez que se hablaba de él. Dio un paso dentro de la habitación en completa penumbra. El olor putrefacto a carne en descomposición le recibió inundando sus fosas nasales y... Oh, Jesús.
"No tienes ni puta idea..."
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Infernorama; (SeBaek).
FanfictionBaekhyun sólo estaba completamente seguro de una cosa: Estaba muerto. Y un pequeño pero no menos importante detalle: Estaba en el infierno. Para salir de ahí y encontrarse con su amado Chanyeol debía de atravesar seiscientas sesenta y seis habitaci...