Un caluroso cumpleaños

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La mañana era una de esos dias veraniegos, donde la temperatura es alta y la calima densamente molesta. Las cigarras deleitaban, o mas bien molestaban, a todos con sus siseos en un horario demasiado temprano. Pero habia un chico en especial, uno que le molestaba mas que nunca, uno que le costaba levantarse en una mañana asi.

-¡Despierta Blake! Hoy vendra el gobernador ¡y todavia no has empezado a hacer la comida!-.

-Si señora-.

Jack se levanto con la pesadez que lo abrumaba esa mañana, con todo el cuerpo sudad. Podria ser por el calor, pero el sentia que era algo mas. Sera por el sueño que tuvo en la noche, del cual ahora no se acordaba.

-No debio de ser muy importante si no lo recuerdo- penso y seguidamente se sento en la cama, poniendose sus jeans azul oscuro y su remera negra lisa- Y pensar que este fue mi regalo de navidad hace cinco años... suerte que era bastante grande-.

Luego de haberse cambiado reviso si no le faltaba nada, no queria que la madre superiora lo molestara de vuelta por haberse olvidado de acomodar su cuarto. En si, su habitacion no era tan grande, pero habia suficiente espacio para su ropa y su mesa de dibujo, que era lo unico que necesitaba. Luego de un ultimo vistazo, salio por la puerta y, siguiendo un pasillo con un tapizado verde oscuro, llego al vestibulo del orfanato.

No recordaba cuantos años tenia cuando fue dejado alli, por lo cual el deducia que no debia tener mucho tiempo de haber nacido. Siempre penso, o trataba de pensar y convencerse que su madre lo habia dejado alli por problemas personales o algo asi, pero con el tiempo ese pensamiento fue reemplazado por lo que piensan la mayoria de los huerfanos: simplemente no necesitaban otra boca que alimentar. En cuanto cumplio los ocho años Jack se dio cuenta de como funcionaban las cosas alli en el orfanato Saint George: cuando alcanzas los siete u ocho años las religiosas dan por hecho que no te adoptaran mas y entonces empiezan a usarte como burro de carga, haciendo todo lo que ellas ordenaban y ya no recibian el trato amoroso que tanto fingian con los menores. Tambien mas de una vez se gano unos golpes por no saber hacer algunos quehaceres, o por tratar de desobedecer a la madre superiora.

Asi habia vivido los ultimos nueve años, aunque habia aprendido tambien diferentes trucos que les eran utiles para escaparse a veces de las tareas, y como no le prestaban mucha atencion cuando no tenia nada que hacer, era relajante escaparse y recorrer la ciudad de Sheffield. De vez en cuando pasaba junto a un cafe que visitaba de pequeño, y se habia hecho amigo del dueño del establecimiento, asi que cuando tenia hambre, el señor Flogdred le facilitaba unas medialunas o algun desayuno gratis.

Pero ahora no podria hacer nada de eso, por lo menos hoy. Ya el gobernador habia venido varias veces, como parte de su campaña para ser reelegido, puesto que pronto seria epoca de elecciones. Las veces que habia venido se habia mostrado adulador con la madre superiora, lo cual le provocaba nauseas a Jack, y a pesar de ser bueno fingiendo frente a las camaras, odiaba todo referido a los niños allì. Varias veces se habia cruzado con Jack, pero solo le habia dirigido miradas de desprecio para luego seguir su camino.

En cuanto cruzo el vestibulo fue directamente a la cocina, listo para preparar uno de los exigantes platos que el gobernador tanto apreciaba.

-Seria divertido colocar una cucaracha en su plato y decirle que es parte del plato, no debe ser muy dificil encontrar una en este basurero-penso para su interior y reprimio una carcajada-Mejor no, quizas cuando alcance la mayoria de edad- recapacito, y volvio a enfrascarse en la cocina.

Se le daba muy bien cocinar, era una especie de don natural, y la señora Farrow, que era la encargada de la cocina, no tardo en aprovechar ese don y tenerlo cocinando dia y noche.

-Maldita arpia-penso nuevamente-Si me sigue provocando tendra algo mas grande que una cucaracha-.

En ese momento, mientras estaba preparando lo que seria la entrada, una ensalada de zanahorias, lentejas y lechuga, entro una niña de no mas de seis años, luciendo un cabello rubio atado con una liga, y sosteniendo en sus manos cerradas algun objeto que Jack no podia ver.

Jack Blake y la Joya del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora