una novela yaoi de 2 personas que me importaron mucho y que me gustaría molestar un ratito :3. Es la historia de un chico que llega de México a Costa Rica y conoce a el chico de sus sueños pero todo mundo, desde que se mudó, lo acosa. (pobechito) La...
Voy llegando al aeropuerto, son las 00:32, todavía falta una hora y treinta minutos para que salga el vuelo, fue mala idea comprar el boleto tan tarde, ahora debo esperar. No paro de mirar el reloj, parezco un gato mirando un pez en su pecera.
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Me puse a revisar mi celular para pasar el tiempo, tenía un mensaje nuevo de mamá:
-Hijo, lo que tu elijas estará bien, si quieres irte, no te detendré. Cuídate, sabes cuanto te amo. Llámame en cuanto llegues.
Después de leer el mensaje me volvieron las ganas de llorar, me detuve, sabía que todo iba a mejorar. No sabía que contestarle, deje el mensaje así y me puse a jugar uno de las demostraciones de juego que había descargado en mi celular. Éste trataba de un cocodrilo que necesitaba agua, al principio fue divertido pero pasando el tiempo se tornó desesperante. Dejé de jugarlo. Mis ojos comenzaron a cerrarse cerca de la 1:10. Cuando los volví a abrir me di cuenta que ya era la hora de abordar el avión, tomé mis maletas y me fui de la sala de espera.
-Buenas noches- dijo un hombre de traje negro con una que otra arruga en el pantalón y corbata azul con rayas blancas-. Su boleto, por favor.
-S-sí, enseguida- dije buscándolo entre mis cosas. No lo encontraba, comencé a preocuparme. Regresé a la sala de espera para ver si no se había caído, en efecto, estaba debajo de la silla en la que me había sentado. Regresé una vez más con el hombre de traje.
-Perdón- dije extendiendo mi brazo izquierdo con el boleto en la mano-. No había notado que el boleto se calló de mis bolsas.
El hombre no dijo nada y me dejó pasar. Era la primera vez que viajaba en avión. Me quedé mirando el interior, hasta que decidí sentarme en mi lugar, B 12. Por el momento, el asiento que estaba a mi lado, se encontraba vacío, que suerte. Podía ver por la ventana la pista con más aviones alrededor, era emocionante.
Realmente es difícil dejar atrás todo, pues aquí he estado toda mi vida, momentos que me han marcado, mi familia... Ellos están aquí pero necesito estar bien, sé que suena mal pero es mi turno de ser feliz, toda mi vida he intentado complacer a mi familia siendo algo que no soy. Maldita sea, desearía no pensar tantas cosas a la vez.
De repente una voz grave comenzó a salir de los altavoces del avión:
-Atención pasajeros, el avión está por despegar, recomendamos abrocharse los cinturones antes del despegue, esperemos el vuelo sea de su agrado. Buena noche.
