Érase un comienzo

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Abigail era una niña de ojos color miel y larga melena negra. Tenía ocho años y pocos amigos debido a su gran timidez. Además de ser una niña tímida, también era muy introvertida y nunca hacia nada que ella considerara que estaba mal hecho.
Era muy exigente con ella misma, todo tenía que hacerlo perfecto, no se permitía ni un solo fallo, aunque eso no significa que no los tuviera..
Abigail sentía que no tenía a nadie al lado, sentía que sus pocos amigos pasaban de ella, todos menos Sandra. Sandra era la mejor amiga de Abigail, la única persona que siempre estaba con ella, llevaban juntas desde que empezó la escuela y desde entonces nunca se habían separado, ella la entendía.
Un día, en la clase de educación física, el profesor ordenó ponerse en pareja y Abigail iba a ir en busca de Sandra para, como siempre, para formar pareja con ella cuando vio a Sandra que ya estaba con otra niña. Todos los demás tenían pareja y Abigail se quedó sola.
La semana siguiente, en el patio, un grupo de niñas decidieron jugar al escondite e invitaron a Sandra, ella aceptó y fue con ellas, Abigail, que estaba con Sandra la siguió y se añadió al juego.
Todas las niñas:
-¿Quién la pilla?
Todas a la vez contestaron:
-¡Yo no!
Empezaron a discutir sobre quién sería la que intentaría encontrar a las otras pero no llegaban a un acuerdo, hasta que Carla, la líder del grupo, se dio cuenta de la presencia de Abigail.
-Abby, la pillas tu que has llegado la última
Abby sin pronunciar palabra se dirigió a la pared y empezó a contar hasta 100.
Al día siguiente, en la clase de ciencias naturales, la profesora mandó un trabajo en grupos de cuatro personas. Formaron los grupos, todos quedaron colocados, todos menos Abby que una vez más se quedó sola, ni siquiera Sandra había contado con ella.
Y así fueron pasando los días, Abby cada vez más sola, Sandra cada vez más lejos de su mejor amiga y más cerca de Carla y sus amigas, hasta que un día simplemente empezó a ignorarla.
Sandra iba con Carla y su pandilla, ya no hablaba con Abby, ni siquiera se le acercaba. Abby no entendía nada, siempre se pregubtaba:
-¿Qué habré hecho mal?
Un par de semanas más tarde, al salir de clase, Abby pasó por al lado de Carla y sus amigas (en las que ya estaba incluida Sandra), y escuchó:
-¿Os habéis fijado en Abby? Que pantalón llevaba hoy..
-¿Cómo te has fijado en ella? Apenas se nota cuando esta cerca
-Ya, por eso, imagínate lo feo que era el pantalón que hasta me he dado cuenta de que estaba ahí
-Es un poco rarita, nunca habla y siempre está sola
-¡Y que lo digas! Es patética
-No me gusta su estilo
-A mi no me cae bien
-Parece que sea muda
-Seguro que es igual de imbécil que de callada
(Carcajadas)
-Sandra, ¿tu que opinas de Abby? ¿sois muy amigas, no?
-Bueno.. ya no, hace mucho que no hablamos
-¿Y eso porqué?
-Ya no me cae bien..
-A buenas horas te das cuenta, ¡con lo bien que estás aquí con nosotras!
-¡Claro que sí, nosotras sí que molamos! No como ella, que es súper rara y no la quiere nadie
-Sí bueno, tenéis razón
(Más carcajadas)
Abby no se esperaba que Sandra hablaría así de ella, pensaba que actuaba de esa manera porque quería conocer a otras personas y ampliar así su círculo de amistades. Que equivocada estaba con Sandra..
Abby se quedó sola, no se acercaba a nadie, no quería molestar, y tampoco quería hacerse notar, mejor sola que mal acompañada.

Pasaron los años y Abby empezó el instituto, ella creía que por fin volvería a empezar, nuevo instituto, nuevas amistades, nueva vida. Pero no fue así.. Seguía siendo la misma niña callada de siempre, nadie se acercaba a ella y ella tampoco se acercaba a nadie, ¿para qué? ¿para que la critiquen como sus anteriores compañeras? No, gracias..
La gente se iba conociendo, se iban agrupando, se hacían amigos, y a Abby no solo la dejaban de lado, también la criticaban y la humillaban. Abby no podía más, ¿porque me tratan así? Yo no les he hecho nada..
Solo pensaba que había hecho una cosa bien: no darse a conocer, si la conocieran de verdad las burlas y humillaciones serían aún peores, más crueles, y al ser totalmente ciertas dolerian más.

Un día, mientras se escondía en el baño del instituto para evitar las burlas de sus compañeras se puso a pensar: ¿porque me tratan así? Si no me conocen..
Empezó a darle vueltas durante la media hora que duraba el patio y finalmente llegó a una conclusión:
-No me conocen, hace solo unos meses que estudiamos juntas, ni siquiera me han dado una oportunidad.. Ellas son guapas y delgadas, yo soy fea y estoy gorda.. ¡Claro, debe ser por eso! Yo no me gusto a mi misma, ¿cómo voy a gustar a los demás? Los chicos se fijan en las chicas guapas y delgadas, no les importa si son listas, si son cariñosas o si son buenas personas, no les importa el interior, solo se fijan en el físico y las chicas también, siempre supe que era distinta pero nunca creí que eso me daría tantos problemas.. Voy a cambiar, voy a cambiar y voy a demostrar que yo también puedo ser como las demás. Voy a empezar por adelgazar, perder peso es algo que quiero hacer hace mucho tiempo, siempre lo he intentado pero he fracasado, está vez será diferente, está vez voy en serio. Adiós a la Abby fea y gorda, que empiece la metamorfosis.

Sentimientos muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora