Capítulo 1

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— Te quiero, lo sabes ¿verdad? – le pregunté

— Sí, lo sé y yo también te quiero. Me duele tener que dejarte – me contestó cabizbaja

— Es lo que tenemos que hacer pero por favor, no perdamos el contacto. No sabría qué hacer sin ti – le confesé

— No lo haremos, te lo prometo – nos abrazamos y lloramos, lloramos porque sabíamos que era la última vez que nos veríamos en mucho tiempo

Las promesas, como esta, no se cumplen. Muchas se hacen con las mejores intenciones pero, la vida da tantas vueltas que es imposible mantenerlas.

Aquel día en que me despedí de Lucy, una parte de mí se quedó vacía. Ambas habíamos tomado caminos distintos en nuestras vidas, ella había optado por ir a la universidad en Nueva Orleans y yo había decidido exactamente lo mismo pero en otro país, concretamente en Londres. Mi vida en Miami se había convertido en un infierno y mi corazón me pedía salir de allí, liberarme de todo el sufrimiento que me causaba vivir en ese entorno.

Habían pasado cinco años de aquel último momento donde nos despedimos en el aeropuerto. Después de aquello es cierto que mantuvimos el contacto días durante un tiempo pero después todo se enfrió y ambas asumimos que la distancia era más fuerte que nuestra amistad y nos dimos por vencidas.

Mi vida en Londres había estado llena de aventuras, conocí a muchísima gente con la que entablé buenas amistades que jamás olvidaré. Además, me acostumbré a vivir con la lluvia de fondo y una chaqueta en la mano, algo poco común en Miami. Me gradué en psicología en la Universidad de South Bank y a pesar de que sabía que aquella carrera no era del agrado de mi familia, me sentí orgullosa de haber obtenido mi título y de haber sido fiel a la promesa que le hice a mi hermano.

Había contemplado la idea de volver a Miami durante meses porque, a decir verdad, la vida en Londres se me había hecho muy monótona y tras haberme graduado, no había encontrado ningún trabajo y estaba viviendo de lo poco que me quedaba de la beca anual. Sabía que si volvía a Miami, tendría trabajo asegurado en el Colegio de Psicología.

Tenía miedo de volver, tenía miedo de volver, de alguna forma, a mi pasado. Aquel del que había huido cinco años atrás. Además, sabía que muchos de mis amigos volverían a casa tras graduarse pero sobre todo, sabía que Lucy lo haría y eso me aterraba porque estaba segura de que ambas habíamos cambiado y ya no éramos aquellas dos adolescentes que vivían sin preocupaciones.

Decidí no avisar a nadie de que volvía puesto que quería dar una sorpresa a mi familia. Sabía que la idea de volver a tenerme en casa agradaría, en especial, a mi madre.

El viaje en avión se me hizo bastante largo y el cambio de horario nada más aterrizar me causó una cierta desorientación. Cogí un taxi en la salida y le pedí que me dejara cerca de la casa de mis padres.

Durante el pequeño trayecto, miraba asombrada cada lugar, cada edifico que veía. Sentía que jamás había estado allí, que ese lugar jamás había sido mi casa. Cuando salí del taxi, anduve unas cuantas cuadras hasta llegar a la casa de mis padres. Era septiembre y podía oír el ruido de los zambullidos que venían de la piscina. Aunque el verano, supuestamente, ya había acabado, el clima de Miami permitía alargarlo un poco más. No pude evitar sonreír, en el fondo, había extrañado todo esto.

Avancé unos pasos, suspiré y llamé a la puerta. Podía oír los pasos que provenían del otro lado de la puerta y con cada uno de ellos, mi corazón se aceleraba aún más.

Coming Back To You (LAUCY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora