The Chosen one

Capitulo 16

   Al día siguiente todos se levantaron mucho mejor, llegaron al Comedor, comieron y lo primero que Samuel dijo fue:

-Bien les daré las misiones del día, Javiera entrenarás a Elias, Montserrat irás a buscar a una chica que se acaba de activar, el resto, hagan algo útil.

   Montserrat salió seguida de Miguel, el resto empezó a salir lentamente del Comedor. Javiera se acercó a Elias, esta llevaba una gasa en la frente.

-Lamento lo de ayer- dijo Elias algo triste.

-Tranquilo, esas cosas ocurren, hubieses visto el tsunami que provoque, pero ojalá no lo hubiese hecho- dijo algo triste Javiera.

-¿Por qué?- pregunto curioso Elias.

-Bien te lo contaré, yo vivía en un lindo pueblo costero-comenzó Javiera-vivía con mis tíos, ya que mis padres me habían abandonado ahí, el día que cumplí mis trece un tsunami se comenzó a acercar al pueblo, y lo último que me dijo, mi tía fue:"Javiera tu te salvarás, tienes el poder de tu madre, y el de tu padre, cuidate y no te acerques a los de azul". Fui la única que sobrevivió, después me encontró Cristal, tu no la conoces, y me trajo aquí- término con voz triste.

-Lo siento, no debí preguntar.

- No tranquilo, si no hubiese querido que lo supieras no te lo habría dicho.

-¡Oigan tortolos tienen que ir a entrenar!- les grito Gonzalo viéndolos divertido.

   Los dos se sonrojaron y salieron del Comedor. Caminaron por los múltiples pasillos en silencio.

   Javiera se detuvo frente a una puerta que tenía un dibujo de una ola que se veía desgastado.

-Está- dijo Javiera apuntando a la puerta- es la habitación donde los que controlan el agua se entrenan.

   Entraron y era una habitación de piso negro, y las paredes blancas, esta tenía varias armas, mangueras y cubos, en una de las paredes tenía un panel con múltiples botones.

- Bien empecemos por algo fácil- dijo Javiera presionando unos botones, el agua salió de unas mangueras inundando lo habitación, hasta que el agua les llegó a los tobillos- mueve el agua.

-¿Qué mueva el agua?, ¿Cómo?

-Solo relajate, cierra los ojos, imagina que lo que quieres que haga, y te obedecera.

-Bien- dijo algo inseguro Elias.

   Hiso lo dicho por Javiera, sintió el movimiento calmado del agua y se la imagino flotando en el aire.

-Bien hecho Elias, a mi me costó mucho más- dijo Javiera feliz- no te tomará tanto como a mi.

-¿Cuanto te demoraste?- pregunto Elias abriendo los ojos, y viendo como el agua flotaba sobre sus cabezas.

-¿En el entrenamiento completo?

-Si.

-Pues, en dominar el agua me demore unos tres meses, en el entrenamiento físico fueron, seis meses, para aprender a usar las armas fueron otros seis, más prácticas en otras cosas... Serían dos años y medio.

-¿De verdad?

-Si, también habían una que otra práctica "real", por así decirlo, en una de esas ocasiones encontré, junto con Anabeth, a Montserrat y Miguel, pero ellos ya sabían ocupar sus poderes... Si no me equivoco... Bueno continuemos.

*Tres horas después:

-Eres genial-decía Javiera a Elias, mientras caminaban por los pasillos de la Base-lograste hacer lo que me demore dos meses en un día.

-Si, pero estoy agotado.

-Si... Hola Alexis-dijo enojada Javiera mirando detrás de Elias.

-Hola, ¿Tu no eres la que nunca logró lanzar bien un cuchillo?, ¿y la que nunca logró pasar la prueba de sigilo?, ¿o me equivoco?-dijo una voz con malicia detrás de Elias.

-Si era yo-dijo muy enojada Javiera-¿Qué haces aquí?

   Al frente de ellos había un tipo de unos veinte a años, era bastante alto y fuerte, era castaño, llevaba el pelo hasta los hombros, y llevaba la barba bastante larga.

-Pues Samuel me necesita, así es que con permiso.

   Este empujó a Javiera y siguió su camino.

-Ah, Joder, no de nuevo-dijo Javiera cerrando los puños haciendo que agua callera del techo.

-¿Por qué lo detestas?

-El nos entrenaba, todos lo detestan, era un desgraciado, por lo que más quieras no lo digas nada, solo Samuel confía en el.

-No hueles humo?

   Por el pasillo que se había ido Alexis venía Montserrat, quemando el piso, y hechando humo literalmente.

-Elias, Samuel dice que tienes entrenamiento con Anabeth, y Javiera lo tienes que acompañar- dicho eso se marchó dejando marcas de cenizas por donde pisaba.

-A nadie le agrada.