dad

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- Mierda... mierda! -mis ojos se llenaron de lágrimas al observar el pequeño plástico en mis manos, que de podía leer acerca de mi efectivo embarazo- ¿Qué voy a hacer? él me dijo que me cuidara... y fue justo lo que no hice -susurro mientras las lágrimas caen por mis mejillas.

Edward y yo nos conocemos desde que inicié mi 2do año de universidad, en ese tiempo estaba absolutamente sola, mis amigas no pegaban a los ramos ni carreras científicas biólogas, era mi 2do año nuevamente sola. La primera vez que hablamos fue cuando nos llevaron al hospital estatal para darnos un recorrido por las instalaciones donde estaríamos ejerciendo nuestros estudios unos meses. Cuando hablamos nos dimos cuenta de que estábamos solos, sin amigos ni familia en un país totalmente desconocido para ambos, pero aún así no nos arrepentíamos de haber pedido un intercambio.

Comenzamos a estar juntos siempre y en todos lados, pasamos los fines de semana en mi apartamento o en el suyo, o tan solo viajábamos a Bear Mountain State Park, convirtiéndolo en un lugar bastante especial para ambos, alejados de todo, podíamos ser solo nosotros mismos.

Nuestro error fue hacernos amigos con beneficios, dándonos un pase libre para tocarnos, besarnos, acariciarnos, y entregarnos el uno al otro. Estuvimos así hasta la actualidad, ya graduados, ejerciendo nuestro oficio, pero aún así sin llegar a algo formal, pero, nunca ninguno de los dos optó por tener una relación con otra persona externa a lo nuestro. Una vez intenté hacerlo ver mis sentimientos por el, y desde ahí cambió, convirtiéndose en alguien frío y manipulador.

" -Solo quiero que te calles y que escuches lo que te voy a decir, ____- Me agarró de mis cachetes con solo una mano, ejerciendo gran fuerza en ellos- no sentimientos.

Yo solo sollozaba, no podía mirarlo, me había roto el corazón, pero aún así no voy a negar que es mi culpa.

-Comienza a cuidarte, por qué se que eres capaz de atarme con un bebé luego de haberte rechazado -soltó mi rostro mi mi mano fue directo a la zona adolorida - por que sabes que soy capaz de hacerte un aborto yo mismo"

No entiendo como esto cambió así, como él cambió, como él me desmostró ser una persona durante todos estos años y ahora es tan distinto, alguien desconocido para mí.

Mi vista estaba perdida en algún punto de esta enorme ciudad, sentada en la ventana de mi apartamento, la temperatura iba bajando lentamente, la luz del día iba siendo reemplazada por la oscuridad de la noche, unos grandes y hermosos polos opuestos. Como nosotros.
Sostengo la taza con firmeza entre mis manos, junto a mi poco abultado vientre, poco notorio, pero sé qué ya no lo voy a poder seguir ocultando, menos mientras sigo acostándome con el padre del pequeño feto dentro de mi. Repaso muchas veces distintos discursos de como terminaré diciéndole de mi embarazo, tantos discursos pero todos terminan con la misma reacción.
Suspiro y miro hacia abajo, viendo como la gente va caminando y los autos pasando, como las parejas se ríen y abrazan, como algunos van tan solos caminando, pero aún así estando solos encontraron la mejor comodidad, como los grupos de amigos caminan casi gritando y riendo a carcajadas, como yo nunca lo hice. Siento como mi celular suena a mi lado, pero... ¿Qué saco con contestar si cuando él venga será lo mismo de siempre?.
No hoy, hoy no será igual que siempre, hoy le diré la verdad.

- Dime -murmuro mientras tomo un poco de mi té.

- No deberías estar ahí sentada -su ronca voz se oye por el auricular, el sabe donde estoy, y yo se donde esta, sonrío para mí.

- No deberías estar ahí abajo, deberías estar ya en mi apartamento -su mirada conecta con la mía, esa mirada que me enamoró y que incontables veces me ha herido.

- Aun no -dice y frunzo el ceño- tengo que ir a comprar una cosa y luego iré.

- Esta bien... pero...

one shots harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora