one shots harry styles

grandfather II

- Sabes que quiero? -dije mientras pasaba la mano por su abdomen.

- Que te folle? -mi esposo es bastante descarado en muchas cosas, y más cuando se trata de sexo.

- Equivocado... -sonreí- Quiero un chocolate caliente de Starbucks y alguna tarta de chocolate muy deliciosa -acaricio su rostro que tenía una expresión graciosa.

El negó con la cabeza mientras reía.

- Tu eres un caso especial -se acercó a mí y besó mis labios mordiendo mi labio inferior- pero eres mi favorita.

Sonreí, estábamos de 37 semanas, nos quedaba muy poco para tener a nuestra nena en brazos, y que era lo que más queríamos.

- Y mi tarta? -hago un puchero.

-Esperando en el supermercado a que sean las 7 am para que abran -dijo mientras se acomodaba en la cama, yo siempre lo despertaba por mis antojos.

En mi labio se formó un puchero, si, lloraba hasta cuando no me daban mis antojos.

- Ya no me quieres... -sollozo a lo que él se sorprende sentándose rápidamente en la cama- Tengo muchas estrías... estoy muy hinchada, no soy igual que antes... -comencé a llorar- entiendo por que ya no te gusto...

- Amor... no llores -el susurró mientras acariciaba mi rostro- no hermosa... sabes que te amo mucho.

Me apegué a él y dejé que todas esas ganas de llorar se liberaran de mi cuerpo. Ahora al final de mi embarazo es donde estoy más hormonal que antes, todo me da pena, todo es triste y lloro por todo.

- Ya bebita... no tienes que seguir triste -daba pequeñas caricias en mi espalda, mientras mi cuerpo aún tenía aquellos espasmos- le hará mal a nuestra peque... -una fuerte punzada atacó mi vientre-

Chillé de dolor, agarré a Harry apretando su antebrazo.

- Duele amor... -lloré de verdad en ese momento.

- Qué te duele amor? -Estaba ya de pie a mi lado.

- Aquí... -gemí de dolor y toqué la parte baja de mi vientre.

Harry se paró rápidamente y comenzó a ponerse unos pantalones de chandal y una pollera de pijama. Salió corriendo de la habitación mientras yo trataba de acomodarme para ponerme de pie, lloré por el dolor que tenía. Lloré por que a mi bebé aún le faltaba para nacer.
Harry ingresó a la habitación con el bolso de nuestra niña, se lo colocó en su hombro tomó mi bata y me ayudó a colocármela.

- Vamos hermosa, arriba iremos al hospital -Harry me dio sus manos para que pudiera ponerme de pie y caminar un poco.

- La bebe aún no puede nacer, amor... -lloro mientras trato de ponerme de pie- No puedo amor... duele mucho.

Harry suspiró y se acercó pasando su brazo por debajo de mis rodillas y brazos, me tomó en sus brazos y caminó por el pasillo de nuestro departamento, tomó las llaves de su auto y salimos hacía el elevador, dentro de este, él daba pequeños besos en mi sudorosa frente, yo lo tenía abrazado por su cuello mientras sollozaba.

- Tienes que estar tranquila mi vida... -Apoyó su cabeza en la mía y caminó hacía el auto cuando las puertas del elevador se abrieron.

Al llegar a este, me acomodó en el asiento del copiloto sin antes darme unas caricias en mi rostro y besar mis labios.

******

- La bebé está bien, tu estas bien pero nerviosa como cualquier madre primeriza -el doctor sonrió a mí y a Harry.

- Podemos volver a nuestra casa? -digo bastante débil.

- No, yo prefiero que te quedes aquí, tienes un plazo máximo de dos días para que entres en labor de parto y ahí deberás volver a venir, así que es mejor que te quedes para poder hacerte varios chequeos - Sonrió y miró a Harry.