Cap 2. Un nuevo caso que resolver

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"¿Por qué sonríes tanto?," demandó Nick. Los dos estaban en su camino de vuelta a Zootopia vía tren. Habían dejado un montón de conejos que querían que Judy y el tío Nick los visitaran de nuevo.

La sonrisa de Judy creció al alzar la mirada hacia su amigo, "Ninguna razón en especial, solo me gusta estar en lo correcto. Y por más presumido que seas cuando eso te pase te vas a sentir genial."

Nick frunció el ceño, "¿Estar en lo correcto sobre qué?"

"Sabía que mi familia te amaría y lo hacen," respondió ella alzando la cabeza orgullosa.

"Los niños me aman," señaló Nick, "Los adultos... No estoy muy seguro de ello, especialmente de tu abuela."

"Los niños conforman el sententa por ciento de la familia," discutió Judy, "Eso es suficiente para mí para estar en lo correcto" Ella golpeó ligeramente su hombro. "Eres oficialmente un miembro de la familia Hopps."

"Oh, no," gimió Nick divertido, "Voy a tener que saltar de un lado a otro, menear mi nariz, y comer nada más que zanahorias ahora, ¿cierto?"

"Es lo que hacemos," afirmó Judy encogiéndose de hombros.

"Bueno, supongo que debo empezar de una vez," dijo Nick aceptando. En ese momento comenzó a menear su hocico exageradamente, como el de una caricatura, provocando que Judy suelte una risilla.

"Oficial Wilde reportándose," saltó él con gusto y Judy supuso que la estaba imitando. "¡Estoy en persecución! ¡Woo hoo!¡Atrapé a la comadreja!"

Las dos casi caen de la risa, las mejillas de Judy se encedieron; ella le había contado a Nick sobre su primera persecución con lujo de detalles.

"¿En serio dijiste eso?" preguntó él entre risas.

"Sip," las mejillas de Judy dolían por tanto sonreir, "Vi la oportunidad y la tomé. Puedes preguntárselo a Garraza y al resto del precinto."

"Lo haré," prometió Nick, "Hablando de eso."

Sus orejas se irguieron y una voz habló a través del intercomunicador del tren: "Estamos ahora arrivando a Zootopia."

Ambos se sonrieron el uno al otro, "El deber llama."

Los dos caminaron a través de la larga, vasta ciudad. La vista nunca cesaba de deslumbrar a Judy. Mientras que a Nick, bueno, ella nunca fue buena en descifrar si el zorro estaba impresionado o no.

"Debí traer souvenirs," notó de pronto Judy con un gemido, golpeándose el rostro con una mano.

"Oh no," dijo Nick sin preocupación. "Pobres Bogo y Garraza van a llorar cuando descubran que no les trajiste las famosas zanahorias de Bunnyburrow."

"Tu sarcasmo se está volviendo viejo," replicó ella secamente.

Nick abrió su boca cuando de pronto un repentino choque los interrumpió.

Ellos voltearon a ver un cerdo y una pantera mirándose el uno al otro, había fruta desparramada entre sus pies que provenían de un puesto de fruta ahora completamente destruido.

"Las vacaciones terminaron," susurró Nick al mismo tiempo en que ambos sacaron sus placas.

"Destrozaste mis frutas a propósito." gritó el cerdo.

"¡Y tú no me ibas a vender ni una sola!"

"Muy bien, muy bien," Judy saltó entre los dos, "¡Arreglemos esto, todos somos amigos aquí!"

"No, no lo somos," afirmaron los animales tan cruelmente que a Judy casi se le eriza el pelaje.

"Bien, no somos amigos," Nick se deslizó entre ellos para permanecer al lado de su compañera. "Entonces detengámonos por el bien de la fruta. Ya suficiente ha sido dañada hoy. Además," él apuntó a su placa, "Estoy seguro que si me fijo lo suficientemente bien puedo encontrar ciertas leyes infringidas. Causar tráfico, poner en peligro el puesto de frutas..."

Zootopia: Una historia de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora