Veintidós.

4.8K 697 129
                                    

A la mañana siguiente, Mabel se había levantado con gran preocupación al ver que Dipper no estaba.

Sentada en el sofá con su teléfono en mano, la castaña trataba de contactarlo, pero nada. No había ninguna respuesta.

Pocos segundos después levanto su vista del teléfono para dirigirla a la puerta, la cual fue abierta por el castaño.

— ¡Dipper! —Exclamó molesta, levantándose del sofá y dirigiéndose con su gemelo.— ¡¿En dónde estabas?!

— Con Bill. —Respondió serio.

— ¿Con Bill? —Hizo una mueca— ¿Qué estabas haciendo con él?

— Oh pues —Mason volteo a ver a su gemela con sonrisa cínica.— Estuve tooooda la noche tratando de que me abriera la maldita puerta de su casa y poder darle un puñetazo en su, ¡maldita cara, de rubio oxigenado!

— P-pero, ¿por qué? —Cuestionó con intriga.

— ¡Porque me negó ver a Will! —Exclamó con los ojos vidriosos.

Mabel se quedo callada viendo detenidamente a su hermano con una mueca de preocupación. El castaño si que se veía mal, y más el hecho de que él nunca habia llorado, menos por un ser humano. Vaya que en realidad ese niño lo había hecho cambiar.

— Dipper... —Lo abrazo.— Calmate, solo hay que...-

— ¿Calmarme? ¿Cómo quieres que me calme, Mabel? ¡No me puedo calmar! —Volvió a exclamar con el mismo tono de hace unos segundos, separándose de la castaña.

— Dipper escucha. —Mabel soltó un pesado suspiro.— Tienes que descansar, tienes ojeras, te ves palido y sucio... Todo estará bien, y te prometo, que cuando estés mejor, vamos con Bill y hablamos esto, ¿quieres? —El Gleeful asintió mientras veía frente a frente a Mabel.— Bien, entonces... Ve a darte un baño y te vas a dormir. —Le sonrió.

Dipper suspiro —Está bien...





Más tarde ese día, Mason ya había descansado lo suficiente, así que él junto a su hermana se dirigieron a la casa del rubio.

— ¡Bill~! —Toco la puerta la castaña.— ¡Soy yo, Mabel! ¿Podemos hablar?

Aunque no hubo respuesta alguna.

Al Gleeful se le hizo raro, pues según él, el Cipher nunca salia de casa.

— Qué raro... —Dijo Mabel poniendo una mano en su barbilla mirando detenidamente la casa.

— ¡H-hey, disculpe! —El castaño atrajo la atención de un pueblerino -casualmente, el vecino del Cipher- — ¿Sabe dónde está Bill?

— ¿Bill? Él salió junto con el pequeño niño hace como treinta minutos. —Respondió.

— ¿Qué?

— ¡Sí! Vi que cada quién llevaba una maleta, yo digo que tenían sus pertenencias.

— ¿Y-y sabe a dónde se dirigían? —El castaño comenzaba a impacientarse.

— Bueno... Creo que escuche decir a Bill que se iban del pueblo, es una lástima.

— ¡¿Que qué?! —Los dos castaños exclamaron con confusión.

— Esto no puede ser, no, no, no, no... — Dipper comenzó a correr hacia donde los autobuses de Gravity Falls salían.

Esto no podía estar pasando, ¿cómo Bill era posible de hacer eso? ¿Cómo se atrevía a hacerlo? ¡Si sinceramente era injusto!

Con la respiración agitada y poniendo sus manos en sus rodillas para darse un respiro, había llegado a la estación de autobuses.

Sólo para darse cuenta que había sido tarde.

Muy tarde.

No había nadie ahí.
No había nada.

Will se había ido.

Niñero ❀Dipwill❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora