¡Oh, dulce y hermosa Michelle! Tú eres la culpable de mis psicosis, Creaste un amor frenético en mí. Un amor tan cálido como el sol naciente del verano, tu despertaste mis sentimientos. Unos sentimientos que morían lentamente en un mundo gris y cruel, tú los levantaste de su lecho de muerte, pero los has vuelto a matar, lenta y dolorosamente.