Puedo recordar tus ojos verdes como la naturaleza, llenos de abundante amor y ternura, solo verlos llenaban de alegría esta triste realidad, tu cabello castaño, liso y suave, darle una acaricia llenaba de tranquilidad mi pensamiento, mostrándote lo más hermoso de este mundo. Tu rostro tan perfecto que exaltaba de cariño, solo recordarte hace que me duela el alma, pero esta es mi última carta y quiero que exprese todo lo que no pude decirte. No tengo palabras para seguir definiendo tu perfecta figura, pero lo que me hizo quererte de verdad fue tu personalidad, tan original, amorosa, llena de felicidad, hablar contigo me ayudaba a darle sentido a esta maldita vida.