La Reina de Diamantes y la verdad acerca de mi legado

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-Buena pregunta –respondió Sonrisas con una expresión seria en su rostro-. Probablemente es hora de ir a ver a la Reina de Picas y a su hermana la Reina de Diamantes.

-¿Y en dónde viven ellas?

-Al otro lado del reino, necesitamos transporte.

-Hmmm...-me quedé pensando un rato en lo que salíamos a hurtadillas del castillo. Era impresionante cómo la estructura se había mantenido casi intacta durante tanto tiempo. Al salir silbé con los dedos de la misma manera que había hecho el sombrerero. ¿Acaso algo me había salido mal? Me refiero a que al silbar en lugar de que apareciera un caballo común apareció un pegaso, esas criaturas mitológicas que son caballos alados.

-¡Vaya suerte tienes, Alicia! –Exclamó Sonrisas emocionada- Los pegasos sólo acuden al llamado de la gente con corazón puro. No a cualquiera.

Subí al lomo del pegaso, su cresta ondeaba al vuelo, sus alas batían con fuerza la corriente del viento para poder volar y llegar a nuestro destino.
En el collar que le miraba en cuello alcanzaba a observar un símbolo: Un corazón. La Reina de Corazones estaba involucrada ¿tenía algo que ver con la actitud de su hermana?

Cuando llegamos al castillo de diamantes me quedé pasmada: Era un castillo cuyas torres y edificios, todo, estaba hecho con diamante puro. La flora allí existente tenía un brillo hermoso, un manzano de por ahí dejo caer una manzana en mi cabeza, al recogerla denoté que estaba hecha completamente de oro. La mordí. Su interior sabía a caramelo de café, era delicioso. Dejé caer sin querer una semilla, en el suelo comenzó a ramificarse otro árbol de manzano.

-Buenas noches, señorita Alicia –mencionó una voz cercana, amable y gentil. En cuanto volteé tenía a la Reina de Diamantes en frente de mí, con un aire de superioridad, pero con mano firme sobre su reino. Tomaba buenas decisiones, al parecer. Su vestido, blanco como las nubes del "suelo", denotaba brillos rojos, además del símbolo del diamante marcado en los hombros.

-Me he enterado de que te encontrabas por éste lugar. La cima de las nubes comúnmente es difícil de encontrar, querida. ¿Cómo has llegado aquí? –Interrogó la regidora del Reino de Diamantes- ¿Acaso te ha traído alguien, Alicia?

-S-sí –dije, algo ruborizada-. Mi gata, Sonrisas, me ha traído aquí.

-También he sido informada acerca del incidente con el pegaso –me comentó-. Querida ¿no quieres algo para cenar? Parece que no has comido más que Upelkuchen y bebido sólo Pishsolver.

-¿Qué son esas cosas, su majestad?

-Son pasteles que te permiten crecer y pociones que te permiten encoger, ambas varían de sabor según tus gustos –me informó la reina, acto seguido miró hacia la noche, específicamente a una reunión de estrellas las cuales formaban un gran naipe de corazón.

-¿Esa constelación que quiere decir, su majestad?

-Esa constelación representa hacia dónde se debe ir para llegar al reino de mi difunta hermana.

-¿D-Difunta, dice? ¿Por eso en el símbolo de la bandera de la Reina de Tréboles estaba rota la marca del corazón, porque la Reina de Corazones está muerta?

-Sí, verás, antes de ti vinieron otras Alicias, muchas más.

-¿Y entonces?

-Una de ellas asesinó a mi hermana y luego escapó, salvándose de nuestra furia y huyendo hacia lo desconocido del bosque, fue devorada por un lobo. Pero se cree que tuvo una hija. Doce años atrás. Y que una familia decidió adoptarla, era una familia elegante, según dicen. Por lo que decidimos dejarles en paz. Esa niña...

-¿Soy yo? Nací hace doce años y mis padres no quieren hablar de cuando nací, así que...
¿Soy hija de...?

-Efectivamente, eres hija de la asesina de mi hermana. Eres la heredera de la tercera Alicia.

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⏰ Última actualización: Dec 01, 2016 ⏰

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Alicia y la Cima de las NubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora