Una vez cuando yo era pequeña, mi yaya me llevo a la playa, me acuerdo perfectamente esque me parto de risa siempre cuando lo recuerdo.
Yo tendría sobre la edad de los cinco años y por ese entonces la playa me encantaba, era genial sentir el aire salado y el sol en la cara, a mi sobretodo me gustaba hacer castillos de arena. En la playa había una mujer con sus hijos y mi yaya empezó ha hablar con ella y yo empecé a jugar con los niños, uno era de mi edad y otro más pequeño. Mi yaya se paso todo el día en la playa con la mujer, y yo con los niños jugando a saltar las olas de mar, tengo que decir que ese día me lo pase como nunca fue genial.
Cuando ya comenzó a ponerse el sol mi yaya me dijo que nos fuéramos llendo pero yo quería seguir en la playa con la mujer y sus hijos no me quería ir de allí por nada del mundo. Mi yaya estuvo mucho rato intentando que nos fuéramos y al final la mujer dijo que ella también se iba y yo automáticamente le dije a mi yaya que si nos íbamos ya, parecía un mono de repetición pero nunca se sabe, estas experiencias te causan buenos recuerdos.

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Mi pequeña insignificante historia
No FicciónEn este pequeño libro únicamente comentaré pequeñas vivencias y observaciones sobre mi vida y mis puntos de vista. Los nombres por supuesto los cambiaré para así poder evitar problemas. Espero que podais disfrutar de este pasaje conmigo.