The Bad Things; Camren

I

"Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad. Éramos el infierno perfecto."

- ¡Richard, rápido, los chicos nos esperan! - Dije mientras me terminaba de cepillar el cabello, - Aún no creo que estemos haciendo esto.

- Ya estoy acostumbrado cariño - Decía Richard para luego darme un beso rápido en mis labios - No te preocupes, no pasará nada.

Terminamos de vestirnos y salimos fuera de nuestro pequeño apartamento, que aunque no era muy grande era acogedor. Al salir pude ver a todos nuestros compañeros en un círculo fumando marihuana.

- ¡Mila! Me alegra mucho verte - Dijo Adam, un amigo que conozco desde que era pequeña, mi mejor amigo mejor dicho. Me extendió un cigarro - Toma, para relajarte.

No dije nada, sólo le sonreí y tomé el cigarro ya prendido y me lo llevé a la boca. Era muy relajante para ser sincera. Nos unimos al círculo y empezamos a charlar y reírnos.

- Ven, vamos a comer algo. - Me susurró Richard al oído y me tomó de la mano arrastrándome hacía un lugar que nunca habíamos ido, ya que siempre nos íbamos sin pagar, no podíamos arriesgarnos a ir a alguno que hayamos ido y que nos vean.

Llegamos y ordenamos unas patatas fritas, unas hamburgresas y sodas. Al terminar nos miramos a los ojos con una cara de "Ya sabes que sigue bebé" y nos preparamos y salimos corriendo entre risas a fuera de ese restaurante.

Así eran todos los días de nuestras vidas, robar la comida, por que nuestro único trabajo consistía en robar y vender cosas, y vivir con ese dinero todo lo que podamos, pero valía la pena ya que estaba muy enamorada de Richard.. O eso creía.

Caminamos por un largo tiempo por las calles que iluminaban las lámparas, tomados de la mano y riéndonos de cualquier cosa que decíamos. Esa era la parte que más me gustaba del día, caminar de la mano con él y poder reirnos un rato.

- ¡Mira! - Me dijo Richard entusiasmado, como si hubiese visto el regalo que quería que le traiga papa noél y nunca se lo traía, señalándo hacia una esquina de la calle.

Me acerqué para ver que era.. un carro de policía, y ya sabía lo que él quería hacer

"Vaya, yo nunca hubiese pensado pedirle a papa noél un carro de policía" pensé.

Me agarró del brazo y me llevó al auto, miró hacia todos lados para ver si había alguien ya que el carro estaba vacío. Él me dijo que entre yo primera al auto y trate de arrancarlo mientras él me cubría. Y yo le creí.

Entré al auto y empecé a tocar los cables con todo lo que aprendí con el tiempo, robé varios carros, pero nunca el de un policía y eso me daba nervios.

Luego de unos 5 a 10 minutos pude arrancar el auto, y richard puso una cara de haber visto un fantasma, y sólo corrió.

No pude decir nada, porque él sólo corría y se reía, porque escuchaba su risa. Si esto era una broma no era de buen gusto.

El carro estaba en marcha, ya listo para irnos, pero salí de el para ir por Richard, al salir me choqué contra algo, no muy duro así que supuse que no era una pared, no soy tan idiota como parezco.

- Mierda - Susurré y miré hacia arriba y era un policía, o una? no podía verla muy bien ya que estaba oscuro.

- Oh sí, mierda, no puedo ir a por una dona y me intentan robar el carro - Decía ella mientras me ponía de espaldas, me ponía unas esposas y en su otra mano tenía una dona. Y joder, sé que estaba siendo arrestada y no es un buen momento para decir esto pero, tenía una voz tan perfecta.

Me metió al carro que hace unos 5 minutos estaba yo modificando para que arranque sin necesidad de las llaves. En el que hace 5 minutos yo estaba jodidamente feliz porque estaba con mi novio riéndome y haciendo cosas que quedarían en nuestros recuerdos, después de todo somos jóvenes ¿no? hay que vivir el momento. Y en todo el camino no dije ni una sola palabra.

- Que callada para robar autos de oficiales comprando donas cariño - dijo ella, a lo que yo no dije ni una sola palabra.

Vi hacía un costado del coche y había una foto de ella con al lado su nombre, o eso supuse.. "Lauren Jauregui"

Seguimos así hasta llegar a la comisaría donde me dijeron que pasaría la noche hasta saber que harían conmigo, genial. Para mi "suerte" la misma que me vigilaría esta noche es la misma que me arrestó. Bien.

Me pidieron mis objetos valiosos, y me metieron a una celda pequeña.

Estaba sentada en una esquina de la celda, viendo a través de las rejas una silla vacía. Y a penas ví esa silla vacía, fue cuando se sentó la oficial. Y dios, es hermosa, sus ojos verdes, su pelo negro, sus pestañas, sus cejas, su cuerpo, su todo.

- ¿Y entonces, cómo te llamas oficial de las donas? - Le dije no muy alto pero lo suficiente para que me escuche.

- ¿Eso te importa? - Me respondió cortante.

- Si no me importara no te preguntaría bebé. - Le dije tratando de coquetear con ella. Si lo lograba tal vez me dejaría salir. En verdad tuve una novia, pero cuando era más jóven, y sí me gustaba, me enamoré de ella, pero bueno, pasado..

- Roberta Adolfina Suarez - Me dijo, y me reí. - ¿Por qué te ries? es mi nombre.

- Lauren Jauregui, lo he visto en el carro.. - Le respondí rápidamente.

- ¿Y entonces por qué preguntas si ya lo sabes? - Me dijo.

Me levanté del suelo y me acerqué a las rejas y le susurré alto:

- ¿Tan guapa y sin novia? por que yo podría serlo sin ningún problema bebé. - Ella rodó los ojos. - Ven, ábreme la celda para poder darte un beso en tus hermosos labios.

Ella se levantó de su silla y sacó la llave, "Joder, fue muy fácil." pensé. Empezó a buscar la llave que le correspondía a mi celda y la sacó y la puso en la cerradura, se acercó a mi y rozó sus labios con los míos lentamente. Se alejó y empezó a girar la llave, la sacó, guardó el juego de llaves en su bolsillo nuevamente y me dijo:

- ¿Piensas que soy de las que caen fácil? No nena, mejor descansa. - Y soltó una carcajada.

- Con que así vas a jugar, bien cariño, ya vas a caer a mis pies - Respondí segura.

- Inténtalo. - Me dijo, y se sentó en la silla y cerró los ojos para dormirse con una sonrisa en su cara.

- Bien - Susurré para mí.