~TWO FACED~1° temporada[Adam Levine] TERMINADA #Wattys2017

#33

Nota: Perdón por no escribir mis lectores, pero esto de segundo bachillerato es muy estresante. Y no me da tiempo ni para mi. Espero que me perdonen. Pero igual ya termine segundo y ya voy a tercero. Que nervios. Bueno les dejo. Ahora si.

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-Grace- escuche una voz en susurro en medio del sueño.-...Grace.

Era Alex.

-Hmmm...

-Levantate, cariño. Ya llegamos.- dijo.

Bostezo y me estiro para quitarme toda la pereza. Esto de estar embarazada, me gustaba mucho. Dormia mas que un perezoso.

-¿como estubo el sueño?-continuó.

Sonreí, bostece nuevamente.

-Hmmm... Bien.

Me recoste en el hombro de Alex y quede profundamente dormida, otra vez.

*Diez minutos después*

Ahora estábamos fuera del aeropuerto, esperando un auto que Alex dijo que nos va ha llevar.

-¿Demoran mucho? - me queje.

Asintió.

Alex desde que se bajo del avión a estado muy serio. No sabia si asustarme o estar tranquila.

Caminaba en circulos esperando el auto que tanto decía Alex. Caminaba, caminaba y caminaba. Ya me dolía los pies. No habia ni un asiento a mi alrededor.

-¡¿Ya?!-pregunte.

-No aun no.- respondió Alex.

Retorci los ojos y segui caminando en círculos.

-Ya.

-No aun no llegan- dije pensando que era una pregunta lo que habia dicho.

-No, ya llegaron.

-Oh, ya era hora.- Sonreí.

Mire a Alex y lo tome de la mano. Pero sus ojos no se veia mas que frialdad.

Solte de inmediato su mano y me asuste.

Algo estaba mal.

Un auto se estaciona en frentre de nosotros.

Alex abrio la puerta del auto y me dijo que suba. Negué.

-Sabes, Melanie me puede dar un cuarto para yo dormir. Asi que... No te preocupes.-dije.

Un presentimiento malo venía desde mi vientre. Algo no estaba bien. Asi que cogi mi maleta de ruedas y  quise irme, pero Alex me detiene del brazo.

-Sueltame o grito.- dije.

Su mano lastimaba mi brazo, sus dedos se hundian en mi piel.

No había muchas personas a mi alrededor, pero si gritaba alguien me podia escuchar y buscar ayuda.

-¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!- grité.

Alex me abrazo desde atrás a la fuerza, tapandome la boca. Pero aun asi eso no me impedia gritar.

-¡POR FAVOR! ¡AYUDENME!-  por más que gritaba nadie me ponía atención.

Alex me entro al auto a la fuerza, pero un asi hacia lo posible por liberarme.

-Dejame. ¡¿Que quieres de mi?!.- grite desesperadamente.

Sin decir nada, se subió al auto.

Mire a mis alrededores, las ventanas estaban mas negras que nunca, que no se podia ver nada. El hombre que manejaba, estaba vestidos todo de negro, hasta sus gafas negras. Y su acompañante, también. Parecian gemelos por su vestuario.

-¿Tanto me buscabas para esto?- continúe.- ¿Para secuestrarme? ¿En serio?

Alex no hacía nada, no pegaba ni un ojo.

Piensa, Grace, piensa.

¡Plan A!

Comenze a Gemir y sobarme el vientre, se suponía que estaba haciendome que el bebé se viene. Asi que, vamos, por algo me gradue de actuación.

-Creo que el bebé se viene.- Dije en medio de gemidos de dolor. Pero nadie me escuchaba.- ¡ES QUE NO ESCUCHAN! ¡LLEVENME AL HOSPITAL!

Alex me miró, al fin.

-Nosotros tenemos un doctor. Asi que, tranquila.- lo dijo de una manera espeluznante.

-¡ME DUELE!- grité.

No dijo nada.

Me moví en mi asiento, no podía creer que Alex era un secuestrador. Ahora entiendo porque mi mamá siempre de pequeña me decía que no confiara en nadie.

No podía hacer nada, me recoste mi cabeza en el vidrio de la ventana. Temía que me pasara algo, temía que tocaran a mi bebé. Tenía miedo a todo.

Mire el vidrio y solo veía mi rostro, pero una idea se me vino a la mente.

¡PLAN B!

En los bolsillos de mi parte trasera de mi pantalon tenia mi celular, que no lo utilizaba porque estaba descargado.   Dentro de mi, me lamentaba mucho por lo que iba hacer, mire de reojo a Alex, y los hombres de negro. Nadie tenia puesto un ojo en mi. Asi que baje mi mano discimuladamente y tome mi celular. Comenze a contar:

Uno, Dos y....

-Tres.- susurré entre dientes.

Golpee mi celular contra el vidrio de la ventana, comenzó hacerse trizas hasta romperse en el sengundo golpe. Alex me detuvo por los brazos, pero  puse todo mi peso hacia él empujandolo y golpeándolo contra la puerta. Me solté de él y saque mi mano por medio de la ventana que había destruido, abri la puerta. El conductor frenó y para mi suerte pude huir. Al salir, corrí mas que un leopardo al cazar.

Mas allá se veia un callejon oscuro donde podia esconderme. Mire hacía atras y los dos señores de negro me perseguían, estaban demasiado lejos de mi, asi que me daba la oportunidad de perderlos.

Al llegar al callejón, mire a los dos lados, izquierda o derecha. A mi izquierda estaba desolado, y ami derecha habia bastantes personas, parecia que estaba en el centro de california. Tome por el camino derecho y me entré enmedio de tanta gente. Pero aun así corría, tropesandome con cada persona y disculpandome. Mire hacía atras y aun estaban esos señores de negro, empujando a todas las personas de manera grosera.

Me detuve en correr y me subí en un taxi que justo unas personas se estaban bajando.

-Maneje ¡Rapido!- le ordené al conductor al subirme.

El taxista aceleró que sus llantas chillaron al arrancar, para mi buena suerte no había mucho tráfico. Mire para atrás, nuevamente. Y no había nadie.

Me relaje en el asiento, y suspire.

-¿Problemas?- preguntó el taxista. Asentí.- ¿A donde la llevo?

-A... - me interrumpió el ruido de una pistola.

El mismo auto donde me tenían encerrada estaba alado de nosotros, mas de mi lado izquierdo.

¡Mierda!

Pero no solo era el auto. Dos motos de color negro lujosos y con una gran velocidad, estaban a nuestra derecha.

Alex tenía la mitad de su cuerpo salido por la ventana que yo había roto.

-¡Detengase, Ahora!- le gritó Alex al conductor.

El taxiste me miró por el retrovisor. Yo negué, pero los ojos de color cafés del señor, mostraban un plan. Él metio la mano por debajo de su asiento.

-¿Sabe disparar?- preguntó.

-¡Detengase!- siguió Alex.

-No.- respondi yo. No sabia si a Alex o al taxista. Pero las dos eran la misna respuesta.

El taxista sacó una pistola mediana, pero parecía para expertos. Me la extendió hacia mí.

No. Mierda. No podia hacer esto.