Capítulo 4

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Como una hoja en el viento

Salgo de la ducha, a decir verdad me tomé más tiempo del habitual. Mis pensamientos no son los mismos, y algunas cosas en mi vida ahora parecen carecer de sentido.

Tomo sin pensarlo una camisa negra perfectamente doblada desde el armario, recojo mi viejo, pero, amado jeans negro del suelo y camino hasta mi cama para vestirme.

Quizá no sea la vestimenta adecuada para un día tan alegre como lo parece ser hoy. Sin embargo, tampoco es cosa que vaya a tener mucha importancia.

Una vez listo tomo mi mochila y salgo de casa, no sin antes haberme asegurado de que todo en mi hogar haya quedado seguro.

Cierro la puerta y un escalofrío recorre mi cuerpo.

~0~

Hoy me desperte muy cansada, no dormi bien y cuando lo pude lograr, me levanta el pleito de mi madre y hermana, sin pensarlo justo en ese momento dije -este es uno de tantos días en los que me gustaría estar sola-.

Cansada de lo mismo, salí de mi cama deseando hacer todo lo necesario para salir de casa, e ir a mi árbol de pino     -sé que no es mío, pero, paso la mayoria de tiempo ahí, que siento que lo es-.

Cuando por fin logré salir, me puse a pensar en mi pasado, de como era feliz cuando llegaba mi padre a la casa, ya que me hacía sentir  protegida, y al mismo tiempo que alguien salía por buscar mi bienestar  -te extraño- sonrio y suspiro para mí,  al tener esos bellos recuerdos.

~1~

El instituto se torna algo aburrido, ahora que estamos a punto de terminar el semestre y obtener las calificaciones finales, ya que la mayoría de los estudiantes aprobaron y no necesitamos hacer cursos para créditos extra.

Tomo mi celular y veo la hora, esbozo una media sonrisa perfecta al dar con la pensada, dado el atardecer, pongo mis manos entrelazadas detrás de mi cabeza,  y me recuesto ligeramente sobre mi asiento, mientras miro el patio del instituto, a través de los finos cristales.

Observo como las copas de los árboles se mueven con tanta fascinación y alegría, como algunas hojas se desprenden ligeramente, y otras son arrastradas rápidamente, lo que me recuerda al hermoso y fastidioso trayecto llamado vida.

Mis pensamientos transcurren ligeramente unos segundos, hasta que una voz llama a mi nombre algo molesta, me insiste algo que no entiendo, sacudo mi mente e intento identificar la voz.

El profesor me llama de nuevo, ésta vez con una sonrisa de complicidad en su expresión, está parado frente a mí, lo cual sería incómodo de no ser porque no queda ninguna persona en el salón.

-Otra vez pensativo, ¿eh?- pregunta el profesor con cara de ironía, pero, con esa sonrisa molesta.

-Lo siento- replico -es solo que estaba pensando, el como sería ser una hoja en el viento- aparto mi mirada algo avergonzado y continúo -sé que es estúpido, pero, intento encontrar...- no termino mi oración y noto que el profesor observa hacia el patio con atención.

Transcurren unos minutos incómodos hasta que él, sin quitar la vista del cristal responde -¿Como una hoja en el viento?- suspira y continúa, sé que está divagando en algún recuerdo, pero tiene toda mi atención.

-Una hoja, para muchos es sólo eso, una hoja, sin embargo, tiene vida- Su expresión se endurece y para su joven edad, se le puede notar como un adulto experimentado y sombrío -Una hoja es parte de un árbol, tiene una trayectoria, está llena de vida, y cumple su propósito-

Su voz parece fallarle, pero continúa   -al llegar su momento, ésta simplemente decide dejarse llevar por el viento, tomar su último aliento y encaminarse a la soledad, donde sea que llegue su final y morir libre, sin perder su belleza- me sorprende la profundidad de sus palabras, y creo ver brotar una lágrima de sus ojos.

-Creo que comprendo- es todo lo que logro decir, después de unos segundos incómodos tomó mis cosas, me levanto y salgo.

Me detengo justo en el umbral de la puerta, no miro, pero sé que aún está viendo a través del cristal, y me obligo a decir -quizá me agradas más de lo que usted cree- doy un paso y me detengo al escuchar -quizá algún día todos seamos como una hoja en el viento- suspiro y me marcho.

~2~

Al alejarme de ese lugar tan estresante y ya dirigiéndome hacia mi árbol de pino, veo una hoja caer.

Justo en ese momento pensé -soy como una de esas hojas, solo siguen un rumbo que está condicionado para permanecer en el aire, al mismo tiempo lo estan para las que la acompañan en su camino-

Después de  pensar eso y de caminar lo más rápido que pude para ver el atardecer, llegué a mí árbol por lo que me senté mirando al sol caer, y dije en voz alta -ojalá me siguieras acompañando, tu vuelo duro muy poco-

Se me salió una lágrima pero me la quité diciendo -es un atardecer muy hermoso como para pensar en el pasado- al terminar de decir eso siento que me observan, doy media vuelta y veo justo detrás de mi el chico del otro día.

Arlet y el bosque 1: Recuerdos de un pasado (Terminada) #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora