Me enamoré de la chica perfecta, no era la chica de mis sueños,
pero poco a poco apareció en cada uno de ellos.
Me enamoré de su pequeña estatura, de sus labios,
de su sonrisa, de su cabello largo.
Me gustaba mirarla sonrojarse cuando decía que me quería,
cerrar sus ojos cuando reía, la seguridad que siempre tenía,
la mirada con la que me veía.
Vivimos la historia de amor que busqué toda mi vida,
nadie me provocó tanta alegría.
Me rompió el corazón un par de veces, me lo robó por muchos meses.
Cambiamos, cambió nuestra forma de mirarnos, de tratarnos,
aumentó su estatura, cortó su cabello. Nos desgastamos.
Me rompí al romperle el corazón dándole un adiós,
no podía seguir con esa confusión.
Con ella aprendí una gran lección sobre el amor,
perderla aún me da pavor, sin ella no logro sentirme mejor.
Ahora guardo sus cartas en un cajón,
espero que sepa que siempre tendrá parte de mi corazón,
sigo admirando su perfección.
