Capitulo 4

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Ya estoy en la fiesta, nadie me habla y la verdad no espero que lo hagas, entre y todas las miradas se dirigieron a mi, porque, bueno el vestido era el mejor, todas iban con vestidos cortos, vestidos largos, y muy caros. La fiesta está bien, cuando yo llegué estaba una música de Intel no era mucho pero algo es algo, busque mi mesa, y me encontré con Ashley una chica de mi grado.

-Pero que bonita te vez nena- se levantó y me saludo, no somos amigas, pero nos hablamos un poco

-Lo mismo te digo- me senté y un chico se acercó y sacó a Ashley a bailar, yo  por mi parte me quede sentada bebiendo una bebida azul que le quite a un mesero.

Todo esto era nuevo para mí, nunca me había llevado bien con nadie, por mi carácter, soy demasiado salvaje a la hora de pelear, y ellos no lo soportan, cuando me vine aquí todo el mundo me miraba con asco, y se sientan mejor que yo, con solo 17 años no se puede esperar mucho, no recuerdo mucho de mi vida anterior, no sé si tuve xv años, o si salía de fiesta, solo sé que ahora soy una chica ruda, y bastante rebelde, tengo mi propio departamento, y es bastante cómodo, algo, o más bien alguien me saca de mi transe.

-¿Por que no sales a bailar? -marcus, un chico popular hablándome, es guapo, pero vamos es marcus-

-Porque no me dan ganas- el se puso de pie, me miró unos segundos y luego me ofreció su mano- ¿Que?- el me dio la mano e hizo que me pusiera de pie.

Para suerte de los dos había una canción lenta

-Te vez preciosa- me dijo, y automáticamente me sonroje, QUE CARAJOS, nos movíamos al compás de la música, las personas al rededor se quedaron anonadas por la situación y nos dejaron solos en la pista solo estábamos el y yo, esto era demasiado cursi..... QUE Nono.

Marcus es lindo, pero es demasiado mujeriego, y yo no estoy para una relación, solo puedo verlo como un amigo, el tiene 21 años es demasiado para mí, además no contamos con que el tiene un hijo de 9 años con una chica de 26 así que no gracias.

- Tu te vez muy bien- el soltó una carcajada y terminamos de bailar, me dirigí a mi mesa y el beso mi mejilla rápidamente que lo golpee con mi bolso y se fue de ahí, todo el mundo nos miraba con ternura y otras con celos y rabia, muchas chicas querían estar con el, pero el por su hijo no, ellas no sabían que Marcus era como un mejor amigo, solo hablamos poco aún recuerdo que fue el primero en hablarme cuando llegue, no esperaba que alguien me hablara y me dijo en resumen- Hola soy Marcus Connor y me gusta la pizza-  es demasiado tierno cuando se lo propone.

Todo estuvo muy bien hasta que llegó Mónica, la zorra plástica, ella siempre me hacía la vida imposible con sus 22 años creía tener todo a sus pies, pero conmigo siempre se topó con pared, la ignoro la tiro de loca, e incluso hasta la dejo callada, por esa y mil razones más, me voy cuando está ella, no quiero problemas, no quiero golpearla, y no quiero que nadie vea en el monstruo que puedo convertirme.

- Mira nada más a quien tenemos aquí, a caro, la dulce caro- me mira con asco y se acerca con sus pendejas.

-¿Que es lo que quieres Mendes?- le digo, ella ríe un poco y me voltea a ver

-Deberías regresarte al basurero de donde vienes, e irte con tu padre, que el bueno- se toca las uñas- se está muriendo- mi pulso está acelerado, y todos me miran expectantes, ellos sabían que siempre me contuve, y ya me había cansado.

-¿Porque, porque una niña de papi lo dice?- se escucharon risas de fondo, y ella gruñe- Me canse de tus insultos marina Méndez¡, escúchame bien mocosa- me paro frente a ella encarando la- No te metas conmigo, porque conocerán al mismo demonio- pasó por su lado chocando hombros, ella se va avergonzada y molesta

Valiò la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora