Seis

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La semana pasa rápido y me gusta la nueva rutina. Hacía mucho tiempo que no me sentía querida, hacía mucho tiempo que no me sentía aceptada.

Suki era la única del equipo de que se alegraba de que yo andubiera con Aang, los presenté y al parecer se llevaron muy bien. Kuson dijó que se enamoró, pero ella lo botó sin más. Todos nos reímos cuando nuestro amigo exclamó que eso había sido perfecto para escribir 20 canciones, que nunca se había sentido tan inspirado y se fue antes de que se le escapara la magia.

Un día que teniamos una hora libre y estaba sentada en el jardín leyendo, en lo que Azula había ido al baño, llegó Sokka y me ofreció una cajita.

-Por tu cumpleaños, -sonrió al ver la caja porque sólo mi padre se acordó de mi cumple y yo no quise recordarlo. Ni siquiera se lo dije a Aang. –Ábrelo, -me ordena y le hago caso.

Sonrío con tristeza, porque es el símbolo friki que supuestamente era nuestra marca.

-Gracias, -digo de corazón.

-¿Sabes? Te extraño, -dice con su habitual tono de niño chiquito.

-Yo también te extraño,- al decirlo sé que es cierto.

-Nunca dejarás ser parte de nosotros, aunque te alejes.

-¿Y si son ustedes los que no me quieren? -no puedo evitar preguntar.

-Todos te queremos. Sólo que puede que algunos no lo acepten tan abierto por temor a ser rechazados por ti.

-Ya no encajo con ustedes.

-Claro que sí. Tú eres la que no quieres encajar. Tú fuiste la que te alejaste, pero seguimos siendo tus amigos, tu equipo.

-Gracias Sokka, -no puedo evitar que se me caiga una lágrima. Lo abrazo.

-Te quiero, -dice y se va.

-Yo también te quiero, -no sé si me alcanza a escuchar.

Cuando Aang me pregunta qué tengo, le cuento todo y él se queda muy pensativo. Luego me da un beso largo y muy dulce. Me siento feliz.

Llegamos a la farmacia de por la escuela por medicinas para Gyatso que tiene gripa y en lo que él entra, saludo a Meng, Wu, Lio y Jane que están paradas fuera. Ellas me saludan sonriendo y cuando pregunto que a quién esperan sale Zuko de la farmacia y como viene leyendo el ticket no se da cuenta de que estoy ahí.

-Acabo de encontrarme al idiota novio de Katara ahí dentro, -parece molesto y me da un vuelco al corazón al escucharle decir mi nombre.

-¿Disculpa? -cuestiono.

Él me mira nervioso, ve a todas y luego a mí de nuevo.

-Nada, olvida que dije eso.

-Claro, –digo con sarcasmo y me doy la vuelta para entrar a la farmacia.

Zuko me detiene del brazo.

-Lo siento, -se disculpa con tanta tristeza y no sé si sólo se refiere al insulto que le dio a Aang o todo lo pasado. –Lo siento, perdóname por todo.

Yo le sonrío con un poco de dificultad.

-No pasa nada, -respiro profundo antes de contestar.

-Claro que sí. No debimos dejarte sola con todo lo de Yue. Debimos hacer algo en lugar de alejarnos de ti.

-Olvídalo, ya pasó,- mi voz sale en un susurro.

En eso sale Aang de la farmacia y me rodea con un brazo. Yo se los presento a todos y él saluda a todos sin dejar de sonreír.

Cuando llegamos a mi casa me pregunta qué pasó y le cuento. Él parece triste pero con optimismo me anima a hacer las paces.

Al día siguiente voy decidida a hablar con Sokka, pero no va.

El sábado, estoy cenando en mi casa, para después irme a la vigía, cuando recibo la llamada. Me quedo de a seis, sin creerlo. Pido que me repitan y no hay duda. No voy a la vigía. Le llamo a Aang y él me lleva de inmediato. Entro casi corriendo, aún no me lo creo. Aang viene detrás de mí, pero me da mi espacio. Escucho que llama a Azula por teléfono.

Hay mucha gente, en una esquina veo el moño de Toph, pero no voy. Sigo mi camino y si no es porque unos brazos me sostienen, es probable que haya caído. Lo veo y no lo creo, no lo quiero creer. Parece dormido en ese cajón del que nunca saldrá.

Se me acerca Jane y la abrazó. Le pregunto qué pasó y nos cuenta que había una riña callejera, él no tenía nada que ver, él sólo iba pasando, pero a él le tocó la bala.

Me siento mareada. Escucho que Toph me llama y voy. Está abrazada a Bumi, los abrazo a ambos y ellos me abrazan. Suki sale de algún lugar y se une. Veo a Aang a unos pasos, está dándonos espacio y se lo agradezco mucho, por todo, por recomponerme. Siento unos brazos estrecharme por detrás. Siento lágrimas, las seco con mi mano de la cara de Zuko, seguimos abrazados y suelto el llanto.

Lloro porque perdí un amigo, lloro porque al fin estoy abrazando a mis amigos y no es una situación que se le antoje a nadie. Lloro porque la vida parece demasiado corta, a pesar de que somos jóvenes. Lloro porque perdí a Yue. Lloro porque perdí a Sokka.

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¡Hola! Aquí el último cap. Ya sé que no es bonito final, pero es algo que tenía que contar.
Estoy tan feliz de por fin terminar una historia :)
Gracias por leer y comentar.

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